Pese a que no se resignan, los chicos de la Quinta División tienen claro el panorama. No es para nada fácil arribar a la final del campeonato. A una fecha del epílogo, están un punto por debajo del líder Estudiantes, equipo que el sábado juega su encuentro pendiente ante San Martín y, en caso de ganarlo, sacará boleto para el partido decisivo. Por lo pronto, Vélez hizo lo que tenía que hacer el último fin de semana para continuar con chances: Ganarle al Pincha 4-2 en su propia casa y esperar que no sume o empate, en su excursión sanjuanina, para llegar al último capítulo con vida.
La victoria llegó de la mano de un iluminado Santiago Agustín Coronel (Buenos Aires, 12-7-2000), quien marcó un golazo y participó en dos de las otras tres conquistas. El Topo, como le dicen sus compañeros, es un mediocampista interno pero también puede jugar por afuera en el esquema de Guillermo Morigi. Se mueve con soltura, tiene muy buen panorama y un pase profundo que suele provocar daño en la defensa rival.
"Fue un partido tremendo. Lo pudimos sacar adelante pese a que arrancamos perdiendo" describe Santiago del picante cruce en City Bell. Sin hacer mucho el local se puso en ventaja pero de inmediato él clavó un misíl al ángulo -del mismo calibre que el gol de Cufré a Belgrano- para nivelar el marcador. De su botín derecho nació la asistencia para que Adrián Campos marcara el 2-1 parcial y tambíen formó parte de la jugada colectiva que desembocó en el 3-2 de Tobías Zárate.
"Todo el partido jugamos por abajo, fue un gran primer tiempo donde teníamos claro qué hacer. Era ganar a todo o nada y por suerte lo pudimos superar dando vuelta dos veces el resultado", dice del triunfo sobre uno de los pocos equipos invictos que quedaban en la tira juvenil al que Vélez lo pasó por encima, literalmente.
"No vi que ellos sean gran cosa, sí meten mucho pero bueno, tienen sus méritos por estar donde están", agrega el nacido en Moreno, Provincia de Buenos Aires. Coronel llegó a Vélez hace 8 años luego de una prueba que le quedaba realmente muy cerca de su casa, dado que reside junto a su madre y hermanos en el Barrio Santa Rita, a 10 cuadras de la Villa Olímpica. En sus primeros años jugó poco y nada. El magro cuerpo no ayudaba, al igual que en el caso de Álvaro Barreal, Luca Orellano y Ariel Muñoz, sus compañeros de la Categoría 2000 que hoy entrenan con el primer equipo.
"En 2017 jugué poco en Sexta pero Walter Pico me dejó muchas enseñanzas, mismo ahora Guille Morigi. Me retaban porque no corría y me costó entenderlo pero lo pude cambiar. Este año arranqué con el Selectivo y eso me dio mucha confianza para jugar en Quinta", explica y no duda en asegurar que "me estoy sintiendo muy bien. Creo que es mi mejor año en Vélez pero me falta mucho todavía".
Luego de su gran actuación del sábado, Marcelo Gómez lo premió citándolo por primera vez entre los suplentes de la Reserva para enfrentar a Belgrano. Atrás quedaron los tiempos de la talla pequeña y los retos porque a su buen pie no le agregaba sacrificio. Hoy el presente lo encuentra como un mediocampista que aspira llegar a Primera en el club que le dio todo. No sin antes soñar con que el Pincha se caiga para que Vélez sea finalista de la Superliga Juvenil. El Topo es la manija de un equipo que no resigna y va por más.
Diego Guitian