Tras empatar el primer puesto en el Torneo Clausura de 1993 con Boca y perder la final en un durísimo 3-2, el director técnico, Luis Grinstein, que venía trabajando duro desde las inferiores y había asumido como DT en jefe de la División de Honor ese año, se propuso conseguir al menos un título la siguiente temporada. 

"La preparación del deportista se compone de 4 aspectos, el técnico, el táctico, el físico y el psicológico. Cuando me di cuenta que esta última era la parte que le faltaba al equipo, empecé a trabajar sobre ello e hicimos un gran trabajo", expresó Grinstein. De esta manera, fue el primer DT en incorporar en su cuerpo técnico un psicólogo deportivo para canalizar el punto débil.

La modalidad del torneo era un todos contra todos y el que obtenía la mayor cantidad de puntos se consagraba campeón. La campaña del Fortín fue contundente. Se inició contra Obras Sanitarias, partido en el que el conjunto velezano ganó por 3-2. El mismo resultado fue con Club de Amigos, dos encuentros muy parejos que fueron prácticamente finales, en el cual, el equipo tuvo que demostrar toda su calidad y pasta de campeón. El rival que siempre complicó y venía más abajo fue Hacoaj, el único que se perdió por 3 a 1. Las 10 fechas restantes se ganaron: cinco por 3 a 0 y cinco por 3 a 1.

Vélez y Obras venían parejos en puntos, en la última fecha se definía todo.

Los Fortineros enfrentaron a Club Italiano. Sacaron ventaja rápidamente desde el comienzo del encuentro, con el armado de Marcelo Kishima buscando los primeros tiempos de Pablo Hebenstreit y la dupla de Eduardo Rodríguez y Marcelo De Stefano para definir por la punta.

Además, los errores en la recepción del Tano, permitieron que la diferencia se

incrementara y cerraran el primer set en 15-8.

En el segundo, Vélez enfrentó los nervios y la ansiedad, fue entonces cuando la visita aprovechó. Su armador encontró con facilidad a sus centrales para rotar y sumar puntos. Sin embargo, con el ingreso de Aníbal Rodríguez, armador de la Selección Juvenil de ese entonces, el equipo de Grinstein recobró vida en ataque y pudo remontar una desventaja de 13-8. Sumó 7 puntos de manera consecutiva y se quedó con el parcial.

Con el juego favorable y un objetivo a punto de cumplirse, nuevamente la ansiedad le ganó al equipo local. Cometió gran cantidad de errores en el saque y la defensa, así perdió el tercero por 15-7.

Con el gran trabajo de Rodolfo Olivetto, el psicólogo deportivo, los de Liniers pudieron controlar los nervios y la presión de la hinchada y se recuperaron en el cuarto set. Los jugadores salieron a darlo todo en la recepción y el ataque, de este modo cerraron el set con un sólido 15-10 para vencer a Italiano por 3-1 en un apasionante partido y poder gritar campeón por primera vez. Mientras tanto, el conjunto de Núñez derrotó a Ferro por 3 a 0, aunque este resultado no le alcanzó y fue subcampeón a tan sólo un punto de diferencia.

"Sacar a Vélez campeón fue haber cumplido con el objetivo. Desde mi espíritu docente, poder dejar al club en lo más alto fue una misión cumplida. Valió la pena todo el esfuerzo que hicimos. Hoy en día estoy satisfecho y tranquilo conmigo mismo por haber dado todo lo que tenía para dar sin guardarme nada. Llevo todos los recuerdos y las personas que fueron parte en mi corazón", finalizó Luis.

Semanas después, el equipo jugó contra el campeón del Torneo Clausura, Club de Amigos. En un emocionante y exigente partido, El Fortín lo superó por 3 a 2 en el Estadio Héctor Etchart para convertirse en el campeón del año.

Daiana Vauchert

INTEGRANTES DEL PRIMER EQUIPO DE VÉLEZ DE VOLEIBOL CAMPEÓN DE LA DIVISIÓN DE HONOR

Diego Scroca

Alejandro Soloyid

Hernan Parnisari

Adrián Cano

Guillermo Quaini

Ignacio Nolopedrat

Damián Grinblat

Aníbal Rodríguez

Eduardo Rodríguez

Marcelo Kishima

Marcelo De Stefano

Pablo Hebenstreit

Leandro Fernández

Rodrigo Pérez

Martín Román

Cuerpo Técnico

Entrenador en jefe: Luis Grinstein

Asistente: Claudio Pereyra

Psicólogo: Rodolfo Olivetto