Vitalicios

Crecer junto a Vélez

A tres hermanos de la Familia Otero, el amor por los colores los unió para perseguir juntos y a la par el mismo camino: desde este año son Socios Vitalicios.

Eduardo, Enrique y un día por el que esperaron toda su vida.

Esta es la historia de tres hermanos que nacieron el mismo año. Eduardo, el 9 de enero; Diego y Enrique, el 29 de diciembre. Más allá de la particularidad que la familia Otero arrancó aquel 1973 celebrando la llegada de uno y lo cerró con el arribo de los mellizos, los tres se consagraron Socios Vitalicios en la última gala del mes de septiembre, algo que en los tiempos donde compartían juguetes y corrían juntos, jamás hubieran imaginado.

Resulta imposible no emocionarse al escuchar su testimonio, porque de ellos se desprende no solo el amor por el Club, también las razones que dieron cuenta de ese sentimiento, la misma vida compartida entre el barrio y la tribuna y por supuesto, el legado que le transmiten a todos sus hijos.

A partir del matrimonio que forjaron Enrique y María del Carmen, comenzaron a llegar los hijos: Eduardo (49 años), Diego y Enrique (48), Pablo (44) y Javier (42), todos fanáticos de Vélez. Nacidos y criados en Dante y Rafaela, a 200 metros del Viejo Fortín, por lo tanto no había forma hinchar por otro cuadro.

Eduardo y Enrique son quienes asistieron a la reunión anual a recibir los diplomas, también el de Diego, el otro "melli" que se encontraba de viaje. Ambos coinciden: "Vélez Sarsfield es nuestra familia. No hay una hora al día que no pensemos en Vélez" y no dudan en asegurar que quieren "seguir pagando la cuota social" por más que el Estatuto de la Institución diga lo contrario.

Los hermanos Otero junto a Diego González (Vicepresidente 1°) y Leandro González (Prosecretario) en la última entrega de diplomas.

El recuerdo eterno para María del Carmen, quien ya no está, pero hizo todo y más para que sus hijos amaran los mismos colores. Igual que papá Enrique, otro orgulloso vitalicio y actor clave en esta historia de amor.

Los dos hermanos más chicos, aguardan con ansiedad seguir el mismo camino que sus mayores, mientras los primos (Ana, Manuel, Morena, Pilar, Guillermina y Vicente), ya saben de qué se trata el lazo que une a la familia Otero de generación en generación: Amar a Vélez por sobre todas las cosas y para toda la vida.