El complemento profundizó el dominio local, porque la presión y dinámica que presentó el Tiburón para complicar el juego de Vélez, pareció diluirse con el correr de los minutos. De entrada nomás, tres apariciones de Francisco Ortega pudieron haber sido la ventaja en el marcador. A los 3 minutos, desbordó y su centro fue a los pies del Guayo -como casi siempre-, que enganchó y remató contra el cuerpo del arquero, del rebote Federico Mancuello -clave en el complemento- metió un zurdazo que se fue cerca del palo. La segunda jugada de peligro, otra vez con la fórmula Mancuello - Ortega, puso al lateral a correr y su centro punzante, no pudo ser empujado al gol. Y en la tercera, el desborde de Pancho fue otra vez para Mancu, que a la carrera remató alto y afuera.

Vélez se posicionó más alto en el campo y su rival se vio obligado a retroceder sin bajar la intensidad en la marca, pero mirando el resultado de reojo. Esa búsqueda, llevó al Fortín a probar un par de intentos por la banda derecha, primero Devecchi sacó al córner una gran combinación, en velocidad y de primera, entre Janson, Guidara y Orellano. Y un minuto después el propio Lucas, fue derribado en el área y Merlos no dudó en sancionar el penal.

Hubo tiempo para más, porque Ricardo Centurión, puso a correr a Ortega con un pase largo, este llegó y metió su clásico centro bajo al corazón del área, que encontró a Almada, que a la carrera y con un zurdazo bajo puso el 3 a 1. Locura y alivio en el festejo, una vez más producto de una fórmula repetida, pero no por eso no menos efectiva.

El partido pareció terminar tras el gol, pero en la siguiente acción, Hoyos protagonizó la mejor atajada de la tarde y a puro reflejo mandó al córner un remate que se desvió en el camino y lo encontró casi vencido. Aldosivi siguió intentando, sumó gente en ataque para descontar y obtuvo su fruto cuando Cauteruccio puso el 2-3 sobre la hora y llenó de incertidumbre un final acorde a lo que se vivió en una vibrante tarde de fútbol. Porque con el último suspiro, Centu corrió, definió bajo y afuera lo que podría haber sido el cuarto, pero de contra, Vélez defendió mal y por arriba casi se lo empatan, lo que hubiese sido una injusta igualdad.

Fue victoria merecida y festejada en Liniers, porque el equipo se afianza y mejora sus versiones partido a partido, pero nunca renuncia a su estilo de juego. Volvió al éxito, sumó su tercer triunfo consecutivo en casa y su quinto encuentro sin perder. Vélez le dibujó una gran sonrisa a sus hinchas y esa es la mejor noticia del fin de semana.