"Si el río suena, agua trae" dice el popular dicho. Su nombre se escuchaba en boca de varios periodistas a partir de los dichos de Mauricio Pellegrino cuando afirmó que entre las posibilidades de reemplazo de Hernán De La Fuente (afectado al Sub 23), figuraban Damián Fernández y quien finalmente jugó en la tarde del domingo en Florencio Varela. Roberto Joaquín García (Buenos Aires, 20-8-2001) se convirtió en el décimo jugador en tener su estreno en Primera en la era del Flaco y dejó muy buenas sensaciones producto del desempeño mostrado.

Con la camiseta 13 en el dorsal, comenzó el encuentro algo tenso pero luego se fue soltando. Nada fácil presentarse en sociedad justo ante Defensa y Justicia, un equipo que encima en condición de local muestra un amplio repertorio de ataque y más por las bandas. Le tocó lidiar con un movedizo Eugenio Isnaldo y tuvo paciencia para saber esperarlo y comenzar a imponerse en los duelos. Incluso se desprendió para subir al ataque, una de las mejores facetas en el juego de Joaco.

García llegó a Vélez cuando tenía 8 años, recién se estaba empezando a formar la Categoría 2001 que tenía entre sus filas a Thiago Almada. De esa camada ya tocaron primera, además del Guayo y el propio Fernández, Tomás Cavanagh, Florián Monzón, Facundo Cáseres y Lenny Lobato. No resulta novedad que de un conjunto que supo dar varias vueltas olímpicas abajo, varios de sus futbolistas lleguen a la máxima división. Y todavía quedan más nombres que esperan su chance.

Durante la estadía en Juveniles, Joaquín se consolidó en el puesto como un marcador de punta agresivo tanto en la marca como en esa constancia que lo define: normalmente tiene una marcha más que sus perseguidores cuando atraviesa la mitad de cancha. El último partido en Reserva ante Independiente, da cuenta de lo dicho.

Profesional desde fines de 2019, ante el Halcón demostró de qué está hecho aunque los típicos calambres lo hayan sacado del cruce, algo normal en la primera vez. El joven García, quien hasta hace poco no tenía redes sociales, corrió, metió y jugó como para que su nombre continúe escuchándose.