El Fortín recibió un durísimo golpe en su visita al Barrio de Núñez. En 30 minutos de juego, River se lució por completo y potenció los errores de Vélez para prácticamente sentenciar la historia con un 3-0 parcial y mucho tiempo por jugarse. Sin respuestas anímicas ni futbolísticas, el equipo se desmoronó cada vez más con el correr de los minutos y nunca pudo sentirse en partido ante un rival que fue absolutamente superior de principio a fin.

A los 3´comenzó a vislumbrarse la superioridad del local a través de una volea de Facundo Colidio que Tomás Marchiori logró tapar a puro reflejo, pero dos minutos después el delantero se tomó revancha con una fría definición contra un palo, en soledad absoluta. En defensa, y en cada rincón de la cancha, Vélez empezó a sufrir temprano.

El guardameta mendocino volvió a tapar otro intento de Colidio y un cabezazo de Miguel Borja que despejó al córner. El Fortín no lograba hacer pie y quedó en claro a través de un testazo en soledad del atacante colombiano para el 2-0. Como si fuera poco, en la acción siguiente el colibrí peinó la pelota para mandar a la red un tiro libre ejecutado por Ezequiel Barco. 

Con el 3-0 a cuestas, Vélez tuvo su único momento de protagonismo en el área rival con tres jugadas claras que no convirtió: una media vuelta de Brian Romero que Paulo Díaz desvió al tiro de esquina y las dos siguientes de José Florentín: primero de cabeza, aunque nuevamente el defensor chileno impidió que sea gol, y luego un remate muy bien tapado por Franco Armani. 

Carente de juego asociado, con las defensas bajas y sin puntería ni algo de suerte en ataque. Así padeció la tarde el equipo de Gustavo Quinteros. Y para colmo de males, Colidio marcó el 4-0 antes del final de la primera etapa.

Tras el descanso, la historia  no varió en el complemento. A los 7 minutos un desafortunado pase atrás de Florentín fue capitalizado por Rodrigo Aliendro quien lanzó el centro atrás, pero tras el desvío en Emanuel Mammana le quedó servido el gol a Borja para el 5-0.

El partido siguió su curso sin mayores sorpresas. Mientras River se lucía en cada intervención, Vélez se desangraba sin pausa. No tuvo capacidad de respuesta, nunca encontró la salida y sufrió una goleada demoledora, de esas que pueden dejar marcas difíciles de borrar si la recuperación no es inmediata.

A levantarse, Fortín. Aunque este golpazo duela profundo, tu historia te lo demanda.