Nacido en Santa Fé pero afincado en Córdoba para darle apodo al mito, Daniel Willington llegó a Vélez a los 18 años y a los 26 fue campeón con su Fortín. Hoy, a los 71 abriles, el famoso cordobés se lució en la reunión para agasajar a los Socios Vitalicios que cumplieron años en los meses de Agosto y Septiembre. Una noche de jueves inolvidable en donde el astro velezano paseó su carisma a pura anécdota.
"Eramos cuatro hermanos y todos sufríamos de asma. Entonces le dijeron a mi padre que nos tenía que llevar a Córdoba por el aire serrano. A los 4 años llegué a la Docta. Empecé en Talleres y luego Vélez, así que les aclaro que ustedes son los culpables de que hoy yo esté acá y todavía me sigo preguntando por qué me quieren tanto".
Así, sin ambages ni medias tintas, Daniel Willington lanzó sus primeras palabras ante más de 200 personas en el Salón Vip del tercer piso de la sede. Daniel, el "Famoso Cordobés", no necesita presentación pero ¡qué bien que se muestra ante su gente! Sabe como pocos sacarle el jugo a su impronta. Así como en la cancha la dejaba "chiquita", frente a un auditorio le sobra paño para entretener a todos los presentes sin claudicar un segundo. Es pura verborragia y tonada cordobesa. Es talento y desfachatez. Y a los 71 años está más vigente que nunca.
Luego de la presentación y seguido aplauso para el invitado que solicitó Gabriel González (Presidente de Vitalicios), comenzó el show del Daniel. Entre los presentes estuvo Juan Carlos Carone, viejo ladero en las sociedades ofensivas con Willington en aquel recordado Nacional 68. "Vine a agradecerte todos los pases gol que me diste", gritó Pichino desde la segunda fila. Y no tardó el "Gran Daniel" en responderle, "venite acá conmigo, pasá al frente, che. Y da la cara". Así arrancó la velada a puro monólogo y moderada por el Periodista Carlos Cárrega.
"Tengo una admiración por todos los compañeros del equipo campeón del 68. Ese equipo lo armó todo Don Victorio unos años antes, y siempre digo que el jugador de fútbol, antes de saber jugar, debe ser buena persona. Y eso era Spinetto. En definitiva, ese campeonato lo ganaron mis compañeros, porque si bien hablan de mí, el gran mérito fue de ellos".
"En mi escala de valores arriba está Don Pepe Amalfitani, y ahí nomás Don Victorio Spinetto. Ambos me enseñaron lo que tenía que hacer y lo que no. Fueron dos personas que me marcaron mucho".
En el ir y venir de preguntas y respuestas, el Socio Vitalicio Mauricio Fojgiel, recordó un entrenamiento cuando Willington fue Técnico del Fortín. "Con Navarro Montoya en el arco, vos lo estabas entrenando un día de la semana en el Polideportivo y le gritabas: ´está va a adentro´, y era gol. ´Esta otra, va para que te luzcas´, y el Mono la sacaba. O le indicabas que iba a pegar en el travesaño y la pelota daba en el horizontal. ¡Gracias por tu pegada, Daniel, gracias por todo lo que nos diste!"
"Me acuerdo del problema que tuve con el pibe Vázquez, de Chacarita. Todos decían que yo lo rompí, pero él me pegó a mí y se lesionó. Lo cierto es que por todo lo que decían, yo me enfermé. Y Don Pepe se ocupó mucho, imagínense que no gastaba un mango y mandó al equipo de Pretemporada a Chapadmalal para que yo me recuperé".
"En lo mejor de mi carrera me fui de Vélez. De vez en cuando me salían esas gambetas que apilaba tres o cuatro rivales, y contra Atlanta hice un gol así pero me lo anularon por falta. El árbitro me pidió disculpas luego."
"Yo te doy para el mes, la otra te la guardo yo", decía en referencia a José Amalfitani y el dinero que le correspondía a Daniel por su sueldo. Tanto le hizo ahorrar, que al año y medio le ordenó comprar una casa con ese dinero. "Don Pepe nunca me hizo firmar contrato, todo lo arreglábamos de palabra. Fue un padre para mí y aquella vez me dijo ´ahora que compraste la casa, ¿aprendiste a cuidar el dinero?´ Tanto aprendí que ahora mi mujer no me saca un mango". Las risas de todos los presentes completaron el cuadro de la anécdota.
"Ser Técnico de Vélez fue una experiencia muy linda. Yo vine a poner el hombro, en ese momento de la década del 80 el club no pasaba un gran momento. Venir a dar una mano y ganar unos manguitos, me venía muy bien. Empezamos mal, perdimos cuatro partidos seguidos y luego terminamos peleando el campeonato".
"Yo no pateaba penales, sí el Turco Omar Wehbe. Patee dos penales y erré tres, pero patee cuatro tiros libres y metí cinco."
El monólogo del astro solo se detuvo cuando los vitalicios levantaban la mano para preguntar. Ellos fuente de consulta de todo tipo de recuerdos y anécdotas con Daniel. Desde mostrarle un banderín firmado por él con más de 40 años de antigüedad, o una pelota número cinco color naranja con gajos blancos del año 1967, que fue pateada por el "Gran Cordobés" en aquel entonces y aprovechando la ocasión, se la llevaron para que la firme. Todos tenían algo para contarle. Y a su vez, todos lo escucharon con dedicada atención.
Una gran noche que tuvo como corolario sorteos de indumentaria oficial y remeras de la Marca Topper para entregar entre los presentes, y como es costumbre, un frondoso ágape de refrigerios y servicio de lunch. La Noche de "EL" 10 estuvo llena de talento y picardía cordobesa. Daniel Willington volvió a demostrar su afecto para el pueblo fortinero y éste, le sigue devolviendo con creces tanta magia desparramada en los campos de juego.
