El Fortín no pudo volver al triunfo jugando en casa y se debió conformar con el segundo empate consecutivo. En un encuentro con protagonismo repartido, Vélez demostró entrega y compromiso para buscar la victoria, sin embargo le faltó mayor vuelo e ideas para finalizar mejor los avances que tuvo en la segunda mitad.
Con un muy buen marco de público como ya es costumbre cada vez que se juega en el Amalfitani, El Fortín salió a jugar de la mano de un Claudio Aquino que en todo momento asumió la conducción.
En los primeros 25 minutos surgieron las chances más claras. Francisco Pizzini buscó sin suerte con un remate que camino al arco desvió Alexis Flores; también Braian Romero con un remate a colocar encontró muy bien parado a Tomás Durso y luego una respuesta fenomenal del arquero, quien le desactivó una volea a Joaquín García con destino de ángulo.
Pasado ese lapso, Atlético Tucumán comenzó a soltarse y a jugar profundo. De a poco Guillermo Acosta y Adrián Sánchez ganaron el medio y Vélez tuvo que corren sin pelota. En una jugada que se originó por derecha, llegó el centro atrás de Bajamich que impulsó a la carrera Mateo Coronel para abrir el marcador a los 31.
Confundido, el equipo se fue al descanso con la obligación de cambiar el libreto y empezar a recuperar confianza para ir por el empate.
Gustavo Quinteros no tardó en encontrar soluciones y antes del inicio del complemento mandó a la cancha a Juan Ignacio Mendez y a Matías Pellegrini. Vélez arrinconó a su rival y por ambas puntas inclinó la cancha al unísono con la gente bramando.
A los 16 llegó el golazo de la noche. Con un estupendo tiro libre desde 30 metros, Claudio Aquino colgó la pelota contra el poste derecho de Durso, que con la estéril pero vistosa volada hizo aún más lindo el gol.
En pleno fervor por la igualdad, el enganche dejó el campo de juego porque ya estaba programada su salida. Así fue como Rodrigo Piñeiro y Alejo Sarco entraron para darle mayor amplitud al ataque. Se buscó con más ganas que fútbol, volviéndose por momentos un intenso partido ida y vuelta. Faltó inteligencia para coronar mejor esos arranques con furia, los cuales hacían pensar que los tres puntos se podían quedar en casa.
No pudo ser y así tampoco se valoró el empate en Avellaneda. En dos semanas visitará a Boca, sin embargo el miércoles asumirá un nuevo cruce por Copa Argentina cuando se mida por los 16avos con Arsenal en cancha de Quilmes.
A levantar la vara y volver a sonreír, Fortín.