Buenos Aires, Sábado 27 de Octubre de 2012.

(Prensa Vélez Sarsfield ? Estadio José Amalfitani).

Por la antesala de fiesta en el homenaje de uno de los máximos ídolos de la institución. Por lo que le cuesta a este equipo cada balón conseguido en una lucha interminable. Por lo que generan dentro del campo de juego a propios y extraños. Porque una vez más mostró las credenciales de ser uno de los Vélez más importantes de su historia. Por eso y mucho más, el Fortín esta noche, dejó los tres puntos tan vitales en casa y se encamina como serio candidato al título.

Porque supo despejar a tiempo (quizás eso se sepa al final del torneo) los nubarrones de las dos derrotas hilvanadas ante Colón de Santa Fe en casa y Newell?s Old Boys (justamente con quien pelea) en Rosario.  Porque no se quedó lamentando las bajas, lo perdido; y fiel a su estirpe, esa que le despabiló su entrenador ya aferrado con justeza al banco de suplentes y que hoy le da tantos frutos como orgullo.

Porque supo cambiar a tiempo. Esos cambios radicales que te hacen ponerte de pie luego de mazazo que antecede al nocaut y levantar la guardia para seguir peleando. Esas modificaciones internas que hacen que la rueda siempre siga girando y en su andar se aferre aún más la ilusión.

Porque Vélez en la noche ante Racing supo ser una suerte definida de sus mejores virtudes. Solidez en el fondo, juego en el medio y oportunismo para definir. Quizás en el último punto estuvo poco fino para decorar una goleada que lo fue por situaciones y quizás no por concreciones en grito de gol, claramente. Mucho también fue el capricho de un Pezzotta que omitió dos penales claros a Facundo Ferreyra (uno en cada tiempo), para primero amonestarlo y luego dejarla pasar. ¿Cómo, Pezzotta, si fue simulación por qué primero amonesta y después no? Cuestiones al margen, Vélez ganó y fue con autoridad durante los noventa minutos ante un equipo que ni pateó al arco en casi todo el encuentro. Solo un remate de Fariña promediando el complemento inquietó a Sosa. El resto, nada.

Justificada la victoria porque la pelea. Porque el gol de Lucas Pratto es una recompensa a una búsqueda constante. El mismo Pratto la ideó y tras el rebote largo de Saja de un remate de Bella, el mismo Pratto corrigió la trayectoria y la empujó a la red. Pratto el que está dulce, el que se sacrifica le dio tres puntos de oro a su Vélez que no deja de ilusionar.

Porque más allá de que Newell?s ganó su partido y mantiene la distancia de 3 unidades para con Vélez, quien hoy es su único escolta; la noche del Amalfitani dejó nuevas certezas para ponerle el cartel con luces de neón de candidato a Vélez. Basta que se la crea un poco más, en el sentido que tiene que con qué dar pelea. Muchos hablaban de quienes se fueron, de que era una etapa de transición; si Vélez se termina de convencer no habrá resistencia alguna en el camino a la gloria. Quizás se paguen caros los tres puntos dejados en el Coloso Marcelo Bielsa que hoy son los mismos que le toman distancia del conjunto de Martino. Pero que satisfacción ver a Vélez construido para generar fútbol, con un trabajo consciente y marcando el territorio al equipo que muchos miman y que hoy fue superado por el Fortín.

Porque ante Racing jugó al fútbol que quizás le faltó ante Tigre y el resultado es el mismo. Insúa fue líder los primeros 30 minutos y luego Seba Domínguez supo encaminar y sostener desde la faz defensiva al equipo. Los pibes como Allione y Romero ingresan en el segundo tiempo y suman, crecen y ayudan? mire si ayudan.

Tiene banderas en jugadores que lo distinguen. No le envidia nada a nadie y se deja envidiar. Vélez es cada vez más un oasis en medio de un fútbol argentino desierto futbolísticamente. Será cuestión de hacer realidad sus sueños, de ir por todo. De ir por la gloria? una vez más.

Carlos Alberto Martino

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