Vélez venció a River por 2 a 1, en el Monumental, por la 7ª fecha de la Superliga. Nico Domínguez abrió el marcador y Thiago Almada, de penal, le dio el triunfo al Fortín. Lucas Hoyos le atajó un penal clave, sobre el final, a Ignacio Fernández.
Todos abrazados y unidos. Vélez consiguió un triunfazo en el Monumental.
Por Carlos Martino
Vélez derrotóaRiver en un encuentro inolvidable e histórico, al que no le faltó ningún condimento; con penales, situaciones de riesgo, expulsión y un final agónico con la figura de Lucas Hoyos como bandera de un equipo que no se entregó.
En la previa, el conjunto comandado por Gabriel Heinze perdió a una pieza clave del buen funcionamiento de las últimas jornadas, Fernando Gago. El talentoso volante presentó una sobrecarga que le impidió estar disponible para el encuentro y quedó fuera de la lista definitiva de los 18 convocados.
Eso llevó al entrenador a optar por el ingreso de Luis Abram; además de incorporar a Pablo Galdames a la mitad de la cancha, en lugar del lateral Tomás Guidara.
Así se inició el cotejo en Núñez, con un primer tiempo de una intensidad alta, con mucha dinámica y un River presionando en cada sector del campo. Vélez no bajó la presión y le propuso desde el vamos, un juego al golpe por golpe, de ida y vuelta.
Robertone hizo un gran desgaste sin pelota y desde el fondo siempre se buscó por las bandas los duelos de Janson con Montiel y Bouzat con Casco. Sin embargo, por momentos fue difícil para Vélez hilvanar pases, romper líneas y jugar con posesión clara en terreno rival. El local presionaba rápido ante la pérdida con Palacios, Pérez y un superlativo Nacho Fernández.
Sin tanta contundencia en el área de Hoyos, pero si con volumen, River buscaba y Vélez respondía. La primera clara fue para el Fortín. Centro a la cabeza de Robertone que encontró bien parado a Armani. Para el Millonario hubo una clara, con un cierre justo de Luis Abram cuando se aprestaba a definir Borré.
Merlos de tarea cuestionada, omitió una infracción de Hoyos a Suárez, que generó la protesta desmedida de Gallardo, por lo que vio la amarilla.
A los 37, llegó el primer grito de gol de la noche. Despeje largo de Armani a la mitad de la cancha, cabezazo de Bouzat para devolverla, corrección de Robertone para habilitar a Nico Domínguez que ante la pasividad del fondo Millonario corrió hasta el área y con un gran remate cruzado, venció la resistencia del uno. Golazo del Príncipe para poner en ventaja al equipo en una noche que pintaba difícil.
Al toque nomás, Robertone habilitó a Maxi Romero y con una idéntica corrida de Domínguez, pisó el área pero desvió su disparo. Respondió River con un fuerte disparo de Nacho Fernández que se estrelló en el travesaño.
Vélez se fue al descanso con una ventaja que ilusionaba y con mucho por mejorar desde el juego, ante un rival que intentaba asfixiar.
En el complemento y de entrada nomás, Lucas Hoyos comenzaba a escribir bien grande su nombre en una página inolvidable en Núñez. Al minuto, el arquero mendocino tapó un fuerte tiro y con muchos hombres por delante de Exequiel Palacios.
Fueron esos quince minutos los que el local buscó desesperadamente el empate y con buenos argumentos sobre el área velezana. Una gran jugada de Martinez Quarta por izquierda que terminó filtrado hasta la última línea y con pase atrás, habilitó a Fernández que ajustició a Hoyos y lo lastimó en su frente en un choque involuntario. River encontraba el gol que tanto anhelaba y el arquero de Vélez, con una venda en la cabeza, le sumaba épica a su noche.
Porque los de Gallardo apretaban sumando hombres de ataque desde el banco, y Heinze mandaba a cancha a Thiago por Romero.
Martínez Quarta volvía a acercar peligro con un tiro en el palo; pero en una de las pocas que pudo armar Vélez, llegó el penal de Armani a un Guayo que se contoneó en el área. Thiago tomó el balón y a pura personalidad abrió el pie y salió delirante a celebrar su conquista. Vélez ganaba un encuentro increíble.
Pero toda épica tiene su punto sublime y llegó a tres del final.Domínguez salta con los brazos extendidos para cubrir un envío dentro del área, el balón impacta en su torso y Merlos cobra penal. Otro grosero error del juez que además, amonesta al volante y lo termina expulsando por doble amarilla.
Nacho Fernández se paró a doce pasos de Hoyos, pero a esa altura la suerte estaba echada. El arquero de Vélez se estiró contra su poste izquierdo y se grabó para la historia en una atajada inolvidable.
Seis minutos de adición, para un Vélez que se aferró con uñas y Hoyos a la victoria. Una victoria que fue un premio a no entregarse nunca, aún superado futbolísticamente por el rival.
En la noche del domingo y en el marco del Monumental, el Fortín sumó su cuarta victoria en fila en la Superliga, se trepó en el lote de los de arriba y se mantiene a cuatro puntos de Boca, el líder del campeonato. Una noche soñada.