En medio de una semana muy triste, Vélez apeló a su orgullo y muy buen juego para sacar adelante un partido que puede resultar clave en la lucha por título. El puntero goleó a River (escolta) en su predio, tras 90 minutos de alto vuelo y ahora la distancia con el Millonario es mayor: 5 puntos de ventaja y un partido menos que encima fue suspendido cuando ganaba 2-0.
En la fría mañana de Ezeiza, la tribuna visitante del predio River Camp lució repleta. Gran número de los presentes eran familiares y amigos de Hernán Manrique, quienes vivieron con mucha alegría la victoria del equipo.
Sin embargo el partido comenzó torcido. A los 8 minutos de juego Manuel Guillén puso al local en ventaja con un fuerte cabezazo tras una pelota parada muy bien dirigida. El Fortín jamás se desesperó y con mucha paciencia logró ponerse rápidamente en partido a los 20´ a partir de la definición de Leonel Roldán; Lonchi recibió solo en el área un centro de Lautaro Cano y luego de rematar, su disparo se amortiguó en Franco Pétroli, pero el balón finalmente cruzó la línea para el 1-1
Vélez siempre fue más que River con una línea de fondo muy sólida y un alto rendimiento de Nicolás Garayalde que completó 55 minutos en gran nivel. Ni bien arrancó el complemento, los dirigidos por Marcelo Bravo se pusieron en ventaja a través de un cabezazo oportunista de Francisco Montoro, luego de un centro enviado por Francisco Pozzo, también en interesante nivel como viene demostrando el centro delantero.
Al equipo de Núñez no le quedó otra que salir a buscar el empate, de hecho contó con una chance clara de Jonás Luna que se fue muy cerca del parante derecho de Lautaro Garzón. River tenía la pelota, pero en Vélez entraron muy bien los cambios: Felipe Bussio en la contención y arriba, toda la frescura de Maher Carrizo, Manuel Fernández, Benjamín Bosch e Isaías Andrada.
En dos acciones muy similares, Carrizo presionó alto,robó la pelota y primero habilitó a Bosch para gritar bien fuerte el tercero (40´) y luego a Andrada (47´). Un final a pura efectividad para ampliar la diferencia y cerrar el partido con una goleada estupenda.
Los jugadores festejaron los tres puntos a puro canto con especiales dedicatorias al entrenador que hoy los guía desde el cielo: "Que de la mano de Palito, todos la vuelta vamos a dar" y "se siente, se siente, Palito está presente". La familia Manrique, con su esposa Claudia y sus hijos Lautaro, Brian y Renata a la cabeza, se abrazaron fuerte y cantaron junto a los futbolistas.
Restan nueve fechas y medio partido más para concluir la competencia. El fútbol que despligan los chicos es muy bueno (12 victorias, 4 empates y una derrota certifican lo dicho) e invita a soñar a lo grande.