Luego de la caída en el Bajo Flores a manos de San Lorenzo, Vélez estaba obligado a no ceder más puntos si pretendía darle caza al puntero. Godoy Cruz en tanto se presentaba como un rival de cuidado y así se fue presentando el partido, con un Tomba que empezó apretando con presión alta. Las chances de gol no tardaron en llegar: primero lo tuvo Luca Orellano pero la rápida respuesta del guardameta Matías Soria le ahogó el grito. De inmediato, Facundo Perrone respondió con solvencia ante Iván Smith luego de un tiro de media distancia, pero en la acción siguiente el arquero no pudo contener un remate Gonzalo Abrego y tras el rebote, Daniel Molina abrió el marcador.

Herido, Vélez salió a buscar la igualdad pero le costaba llegar claro. Tenencia de pelota asegurada y juego por las bandas era la propuesta, sin embargo faltaba explosión. Hasta que Luca Orellano frotó la lámpara y en una acción que involucró un excelente control y mejor remate, ajustició al arquero con un disparo fulminante. Igualados en todo, el final del primer tiempo llegó como un bálsamo para repensar la estrategia.

Con la única idea de volcar la cancha hacia el lado de su ataque, así salieron los dirigidos por Guillermo Morigi a disputar la segunda mitad. De entrada ingresó Mateo Pellegrino en lo que fue su debut en Reserva; el hijo del Flaco Mauricio, goleador en el último año de la Quinta, aportó su potencia para que El Fortín se convenciera que podía dar vuelta la historia.

Así fue como Barreal tuvo el gol pero el poste le devolvíó su intento y los centros picantes comenzaron a minar el área mendocina. Hasta que una asistencia perfecta de Orellano viajó a la cabeza de Florián Monzón para gritar el 2-1. Merecido por donde se lo mire e incluso logró ampliarse la ventaja gracias a una nueva conquista del número 9 que refrendó su gran momento: 5 goles en cuatro partidos que lleva en el año.

Victoria Fortinera en Reserva en base a un orden colectivo sumado a la paciencia para lastimar a su rival. Rendimiento parejo en todas las líneas, con puntos altos en el tándem del medio compuesto por Nicolás Garayalde y Agustín Mulet (participó en las recuperaciones de pelota que derivaron en los tres goles) y arriba, la frescura en el uno contra uno de Orellano y la potencia goleadora del tucumano Monzón. Con la derrota de Independiente a manos de Arsenal (0-2), Vélez vuelve a quedar a 4 puntos de la cima que ahora comparten el Rojo, Lanús y Boca, con 9 por jugar. La esperanza será siempre lo último que se pierda si de luchar se trata.