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La vuelta al mundo en 150 días

El viento de cola del subcampeonato mundial logrado por el Seleccionado Argentino en Uruguay 1930. Nuestra Institución, recibió una propuesta formal para realizar una amplia gira panamericana cuyo punto final sería Nueva York. Lo cuenta el gran Gabo Martínez desde su libro "Expedientes Velezanos".

Los players, vestidos con la tricolor con cordones en el cuello, pantalones largos hasta las rodillas y peinados con gomina, debutaron el 30 de noviembre, a estadio repleto, con un triunfo 4 a 2 ante Colo Colo, con dos anotaciones de Bernabé Ferreyra, un gol de Spraggón y otro de Varallo.
Por Gabriel Martínez

El viento de cola del subcampeonato mundial logrado por el Seleccionado Argentino en Uruguay 1930 sopló fuerte en la sede del Club Atlético Vélez Sarsfield.Nuestra Institución, representante orgullosa del galardonado fútbol nacional, recibió una propuesta formal para realizar una amplia gira panamericana cuyo punto final sería Nueva York.

La guita le venía bárbaro al club y a los futbolistas (amateurs), quienes con los billetes recaudados (en esa época con la pelotita no se salvaba nadie) podrían revestir los pisos de sus cocinas con mosaicos y las paredes de sus baños con los vicri (preguntale a tu abuelo).

La delegación presidida por Enrique Uhart y Vicente Gallia estaba compuesta por diez de los mejores valores de nuestras filas: Clelio Caucia, Manuel De Saa, Alfredo Forrester, Alfredo Sánchez, Roberto Devoto, Norberto Arroupe, Saúl Quiroga, Alberto Álvarez, Eduardo Spraggón y Ernesto Garbini; y sumaba los refuerzos de Fernando Paternóster (Racing), Bernabé Ferreyra (Tigre), Francisco Varallo (Gimnasia), Carlos Volante (Platense) Gerónimo Díaz y Agustín Peruch (Newells) y Alberto Chividini (Federación Tucumana).

Asesorada por los referentes más experimentados, la CD diseñó un catálogo orientativo sobre la indumentaria y demás accesorios a trasladar en la maratónica expedición con el avieso objetivo de no acopiar elementos al pedo.

Las sugerencias eran: Dos maletas de madera revestidas con cuero, con doble fondo camuflado para esconder un puñado de dólares blue y gambetear  el cepo cambiario; dos sacos, uno cruzado y uno derecho; un par de pantalones de vestir; un cardigan; dos camisas blancas almidonadas con sus correspondientes juegos de ballenitas; un par de zapatos y un frasco de pomada; tres calzoncillos largos; cinco pares de medias; un sombrero de fieltro y un chevallier; cuatro camisetas de frisa y dos musculosas de algodón. El Club se ocuparía de cargar entre los enseres de la utilería cuatro fiambreras de alambre tejido para preservar comestibles; varias máquinas de flit; una provisión importante de soles de noche; discos de pasta; un gramófono; juegos de mesa como el ludo o las damas y el famoso calentador Primus para aliviar eventuales descensos bruscos de temperatura.

Aleccionados por esposas, madres o abuelas, los jugadores embalaron en sus valijas- para saciar el apetito en la primera etapa del viaje- empanadas de atún, milanesas con provenzal, tartas gallegas, patas de cordero, hormas de queso y jamones enteros, alimentos envueltos en paños húmedos y salados para prolongar su estado de conservación.

Otras menudencias imprescindibles para afrontar la travesía eran dos rollos de papel higiénico, pañuelos, hojas de ruda y plantas de aloe vera para perfumar las axilas, un envase de bicarbonato en polvo para la higiene dental, panes de jabón Federal, peines rastrillo gruesos, varios potes de fijador Glostora y una brocha con una afilada navaja para afeitarse.

En absoluto secreto, un buen número de futbolistas abarrotó las maletas con fotos familiares para mitigar la nostalgia, láminas de Mae West (la bomba sexy de Hollywood) con sus dos cabezas de enano arriba de la cintura y un lápiz de grafito punta ancha para albañilería.

El 23 de noviembre de 1930 por la mañana, una multitud compuesta por familiares, cónyuges con bombos (embarazadas) o con criaturas recién nacidas, concubinas, amantes, curiosos, medios periodísticos, simpatizantes, vendedores ambulantes, pungas,  malabaristas y limpiavidrios mangueros, se congregaron en uno de los andenes de la Estación Retiro para darle la despedida a la delegación fortinera que partía rumbo a Chile.

Abrazos, besos, llantos desoladores, pañuelos agitados, interminables muestras de afecto se vivieron en el adiós a la comitiva en la Terminal Ferroviaria.

Sonó el silbato del Guarda y con puntualidad inglesa(los británicos eran los dueños de la concesión), el tren, repleto de pasajeros que aprovecharon la coyuntura y no garparon el boleto (subieron los pungas, los vendedores ambulantes de caramelos Mu-Mu, cirujas, cartoneros y los habituales colados) enfiló su trompa ferrosa con destino a Mendoza.

La formación del ramal San Martín era enteramente de madera. Los asientos con respaldo rebatible, no reclinable, también eran de madera. El tren poseía baños y un salón comedor, y de no mediar inconvenientes cubría el trayecto entre Bs As y la capital mendocina en aproximadamente 12 hs. Dos operarios estaban a cargo de la locomotora: El maquinista y el fogonero. El primero manejaba el rodado ¿Quién era el fogonero? Se preguntará UD sumido en una total ignorancia. Las máquinas traccionaban los vagones por acción de un mecanismo de vapor de agua. La misión del fogonero era controlar el manómetro (medidor de presión) y alimentar la caldera con los combustibles de aquella época: carbón o leña.  Imagine la escena: verano, cuarenta grados a la sombra y el cristiano parado al lado del recinto de combustión arrojando carbón al fuego durante una docena de horas con el propósito de que el convoy siguiera su marcha normal. ¡¡Transpiraba como J.J López en el partido de vuelta de la promoción con Belgrano!! Un sauna, sin hidro ni trolas. El tipo pisaba suelo cuyano, se zambullía  desnudo en el Río Atuel y luego de la refrescada se derramaba un bidón de óleo calcáreo y una caja de cinco kilos de polvo Quaker en las  bolas para evitar el paspado¡¡Estos eran héroes!! Agrego un dato: Las vías y los durmientes eran los mismos que UD recorre hoy-pasadas ocho décadas- para ir a su laburo cotidianamente. Un país que crece.

Vélez fue recibido en la nación trasandina por una impresionante caterva de aficionados al fobal y otros muñecos que no tenían otra cosa para hacer y se acercaron al lugar (nuestros muchachos tenían tanta fama como los Rollings o los Beatles). Pasadas las tres largas jornadas rodando- en las cuales rascarse los huevos fue el único pasatiempo-el arribo y la recepción en Santiago resultó uno de los hitos remarcables en el dilatado itinerario. Consta en las columnas de “El Mercurio” que los fanáticos chilenos aclamaron a sus célebres vecinos munidos con broches en sus narices (lo extenso del periplo cortó la cadena de frío de los trapos húmedos y salados y provocó el efecto invernadero. El atún de las empanadas y el mejunje provenzal de las milanesas entraron en estado de descomposición y la baranda a morgue que emanaba el micro que los transportaba era intolerable).

Los archivos no refieren a como realizaron el cruce de la cordillera tras descender del ferrocarril. Ómnibus precarios o mulas similares a las utilizadas por el Libertador San Martín un siglo antes, eran las únicas opciones con las que contaban aquellos pioneros del balompié argentino. El terceto de días lastrando las tartas gallegas, la pata de cordero y el jamón ya casi putrefacto- amén de soportar el largo periplo con las piernas encogidas- estragaron el físico y el andamiaje gastrointestinal de estos deportistas de elite, aunque no fue un impedimento, o una excusa, para la concreción de una brillante actuación en el estreno oficial en los pagos de Neruda.

Los players, vestidos con la tricolor con cordones en el cuello, pantalones largos hasta las rodillas y peinados con gomina, debutaron el 30 de noviembre, a estadio repleto, con un triunfo 4 a 2 ante Colo Colo, con dos anotaciones de Bernabé Ferreyra, un gol de Spraggón y otro de Varallo. El derrotero victorioso continúo el 7 de diciembre en Valparaíso frente a un combinado de la Liga Local al que se venció por 3  a 1 con tantos de Ferreyra, Spraggón y Garbini.

La semana de descanso entre un partido y otro sirvió para que los jugadores recuperaran su mejor forma atlética, para bañarse por primera vez en diez días, para degustar manjares culinarios como los pasteles de choclo y el curanto, y empinar el codo ante bebidas tradicionales como el pisco o la chicha.

El team llegó en ruinas a la revancha con Colo Colo disputada veinticuatro horas después del sencillo trámite en Valparaíso. Empataron 2 a 2. Ferreyra y Álvarez abrieron la cuenta para Vélez, pero un árbitro localista y la reacción del rival permitieron que el duelo finalizara en una igualdad en dos tantos. La primera serie de choques en la tierra de Antonio Prieto concluyó el 13 de diciembre. Con un grito de Peruch, el Fortín batió al Everton por la mínima diferencia. El elenco abandonó la cuna de Salas, Zamorano, Iván Mayo y Nelson Tapia (se me coló un paquete) con el prestigio intacto y un saldo positivo, tres compromisos ganados y un empate.

El 14 de diciembre la Comitiva se embarcó en el Vapor Orbita con la brújula apuntando a Perú. Una semana navegaron nuestros muchachos por las aguas del Pacífico. Transcurrida la tercera luna sobre el lanchón, la foto erótica de Mae West estaba tan manoseada como el apoyamanos de los colectivos de la línea 60. Se distinguía, a duras penas, la característica cabellera blonda de la despampanante actriz, detalle que no calentaba ni a un perro en celo. El 14 de diciembre el Capitán de la embarcación documentó en su diario de viaje “Viernes 11 AM. Se apropincuan a mi compartimiento los tres grumetes: Percy, Hakan y Sapay de 17, 19 y 20 años respectivamente. El trío expone una queja de manera generalizada. Al unísono manifiestan sentirse acosados por algunos deportistas del Vélez Sarsfield. Refieren episodios rayanos con la seducción y la lasciva intencionalidad de algún contacto físico. No creo en las acusaciones y me reúno con los rioplatenses en la cubierta del barco.16 PM. Los players del team criollo niegan rotundamente las denuncias aunque admiten estar bajo los efectos del síndrome de la abstinencia sexual.18PM. Finaliza el cónclave. No encuentro argumentos valederos para sostener las imputaciones y doy por concluido el asunto. 23.30PM. Me dirijo a cubierta a realizar la última inspección diaria. El grumete Percy duerme boca arriba, con los ojos abiertos y atado en el mascarón de proa. Sapay descansa colgado del mástil mayor con los ojos abiertos. Hakan termina de soldar con estaño un calzoncillo de metal, se lo coloca, cierra las bisagras con un enorme candado y pernocta con los ojos abiertos. Crecen mis sospechas sobre la veracidad de sus declaraciones. Lacro mi cabina con dos llaves y un pasador. Felices sueños”.

Tras siete días de navegación, el Orbita echó ancla en territorio peruano y Vélez es recibido en Lima con todos los honores luego de sus exitosas perfomances en Chile. Los futbolistas descienden de las escalinatas del buque, saludan afectuosa e insinuantemente a los grumetes, van sin descanso hacia el Estadio del Círculo Sportivo Italiano y golean al combinado de la Federación Universitaria por 5 a 3, con festejos de Varallo, Spraggón y tres conquistas de Ferreyra.

Terminado el match, el scratch se encaminó a la oficina postal local y en la mencionada dependencia los jugadores solicitaron un servicio de correspondencia express para el envío de cartas personales a sus seres queridos (no existían celulares, computadoras, Ipod, ni teléfonos). Aconsejados por los administradores del correo, las autoridades del Club contrataron a una paloma mensajera del tamaño de un águila andina conocida como “Speedy Buchona” que, según revelaban los registros, completaba el recorrido Lima-Bs As en dos meses y medio. De bibliografía consultada pude extractar varios párrafos salientes de una misiva testigo despachada por uno de los estandartes del conjunto fortinero “Querida…..Espero que al recibo de estas líneas te encuentres bien. Nosotros la estamos pasando de maravilla en esta excursión por América….. No tengo idea de cuando llegará este sobre a tus manos y si por cualquier circunstancia no lo hiciere, mi deseo es que este texto pueda ser leído por Gabriel Martínez y que sea publicado en Vélez Magazine. Te quiere…..” Emocionante.

Al grito de “Suban a bordo” la delegación se acomodó nuevamente en el Orbita y observó en el mapa la hoja de ruta y el posterior mojón: Cuba. Las renuncias indeclinables de los grumetes presuntamente acosados, obligaron al Capitán a efectuar un casting relámpago para reemplazar a los jóvenes disidentes. Las vacantes fueron ocupadas por Popeye el Marino, el padre de Simbad y Barbarroja (menos seductores que Neurus y Larguirucho).

El barco izó el ancla, flameó su bandera por el Pacifico, cruzó el Mar Caribe, se detuvo en Panamá -donde varios de los miembros del staff futbolístico depositaron los billetes verdes en sociedades fantasmas y bancas offshore (tema que saldrá al aire el domingo en Periodismo Para Todos) y luego de una semana apeó su eslora en las dársenas cubanas.

La isla caribeña resultó el espacio ideal para el esparcimiento ¡Azucar! Los futbolistas pasaron navidad y fin de año en La Habana de joda en joda. Hastiados de patear la pelota bailaron chachachá, salsa y mambo, y le entraron sin pudor a los tamales, los tostones y el cerdo asado, delicias de la mesa autóctona. Pasearon por cabarulos y burdeles, y clarinetearon ron, tequila y cualquier porquería alcohólica que les ofrecían. Con la resaca a cuestas el 1º de enero de 1931(Año Nuevo) le enchufaron tres pepas (Ferreyra 2, Varallo) al campeón Juventud Asturiana. El 4/1 le ganaron 6 a 1 al Fortuna (Varallo 3, Ferreyra, Quiroga y Garbini) y el 11 le regalaron otra tricota al Sportivo Centro Gallego. Todos los encuentros fueron presenciados por miles de espectadores quienes exaltaban la superioridad y la calidad técnica de los futbolistas del fin del mundo. Entre la concurrencia se destacaba el entusiasmo de un purrete de cuatro abriles y precoz barba tupida identificado como Fidelito Castro, fervoroso admirador del cuadro nacional, quien desfachatado pese a la corta edad, se hizo cargo del discurso de despedida para el conjunto fortinero. Pancho Varallo visitó Cuba, con fines vacacionales, un año y medio después y relataba “El pibe seguía con el micrófono en el medio de la cancha mientras en las tribunas no lo escuchaba nadie”.

Clelio Caucia escribió en su comentario para un periódico capitalino los avatares del arribo a México, jalón siguiente en la gira, tras otra interminable semana de travesía acuática “Nuestro debut ha sido muy feliz. Nos han recibido en medio de atronadores aplausos de la multitud, de las altas autoridades nacionales y deportivas, y de personal de la embajada, el embajador y numerosos compatriotas”.

El estreno se concretó el 18 de enero.Vélez venció 3 a 1 al Germania Deportivo Club (Ferreyra 2 y Spraggón). El 25/01 le ganó 5 a 3 al Marte Football Club (Ferreyra 4 y Álvarez). El 1 de febrero igualó 1 a 1 con el Atlante-invicto ante equipos extranjeros- con gol de (Ferreyra), el 5/02 goleó al Asturias 4 a 1(Ferreyra, Quiroga, Álvarez y Garbini); y el 8 de febrero le dio desquite al Atlante y lo vapuleó por 4 a 2 (Álvarez 2, Ferreyra y Varallo).

Tras las resonantes victorias, sin pausa, Vélez abordó el tren y se dirigió hacia Nueva York. Este segmento del periplo sirvió para evidenciar la sólida unión grupal y la solidaridad existente entre los compañeros. El plantel estuvo arriba de los vagones durante ocho, eight, agotadoras jornadas. En medio de la odisea, ajenos al  pudor, los jugadores, en estricto orden alfabético, extrajeron de sus petates el lápiz negro de punta ancha de grafito, se bajaron desvergonzadamente los pantalones y uno a otro, con pulso de fileteadores, se fueron dibujando la raya del orto.

El equipo jugó en suelo norteamericano tres encuentros en días consecutivos. El 21 de febrero derrotó al Seleccionado de la New York State League por 3  a 1 (Ferreyra, Varallo, Devoto); perdió la imbatibilidad contra el Fall River de Rhode Island por 5 a 2(Ferreyra 2) cotejo disputado en un lodazal “Parecía la calle Schmidl después de cuatro días de lluvia” declaraba el arquero Caucia, y terminó su recorrido por los Estados Unidos con una victoria ante el Hakoach por 3 a 1(Ferreyra, Quiroga y Peruch). Previo al éxodo de la nación del norte, aprovechando unas horas libres, el conjunto caminó por el verde del Central Park, compró con tarjeta (15% discount) infinidad de boludeces en un Mall zonal y en rigurosa fila india los futbolistas le entraron, para sacarse las ganas, a la segunda mujer con la que tuvieron contacto desde el inicio del peregrinaje (la primera fue en Cuba): La Estatua de la Libertad.

Repodridos de viajar, volvieron a Cuba, pasaron nuevamente por cabarulos y burdeles, bailaron salsa y mambo, degustaron otra vez de tamales y tostones, y con varios rones encima el 3 de marzo se desembarazaron del Combinado Juventud Asturiana-Olimpia  por 1 a 0 con tanto del artillero Bernabé Ferreyra mientras Fidelito continuaba con su disertación en el círculo central del terreno.

Con los huevos por el piso como el pájaro UyUyUy, el plantel retornó a Perú donde debía cumplir con seis encuentros programados por contrato.

Llega el momento de acelerar en la nota para emprender la vuelta a casa.

El 15 de marzo de 1931, con la Junta de Gobierno presente en el Palco Oficial, Vélez empató con Alianza Lima 1 a 1(Varallo). El 19 de marzo fumigó con la máquina de flit al Seleccionado de Huacho por 9 a 0 (Ferreyra 3, Quiroga 2, Peruch 2, Spraggón). El 22 de marzo le mostró las credenciales al Alianza Lima en el desquite y le ganó 2 a 1 (Ferreyra 2). El 29 de marzo recargó el tanque de flit y liquidó al Combinado Chalaco por 7 a 1(Ferreira 2, Quiroga 2, Varallo 2, Spraggón). Cuatro días después superó a un Universidad  fortalecido por 3 a 0 (Ferreira, Varallo, Peruch) y culminó el paseo por el puente y la alameda cantando la flor de la canela e igualando 3 a 3, en el bueno, con el Alianza Lima.

El instrumento “enviagrado” del grupo dio sus postreros sacudones en Chile. Perforó las redes del combinado de Valparaíso en tres ocasiones (Varallo, Alvarez y Ferreyra) y taladró (penetró sonaba duro) al Colo Colo por 3 a 2 con tres bombazos de Ferreyra.

La gira arrojó un balance claramente positivo. Vélez disputó 25 partidos, logró 20 triunfos, 4 empates y cosechó solo una derrota. Convirtió 84 goles y Bernabé Ferreyra se calzó el traje de Pichichi con 38 tantos ¡Una Bestia!

La noche del 27 de abril los andenes de Retiro desbordaban de hinchas velezanos con estandartes tricolores y banderas argentinas. Aguardaban ansiosos familiares, amigos, medios periodísticos, los cirujas, los vendedores ambulantes, los malabaristas, los pungas y los limpiavidrios. Los bombos de las esposas eran bebés y las criaturas de antaño portaban pelos en las piernas, debajo de los brazos, en partes pudendas y ya hablaban dos idiomas, castellano e italiano (el verdulero pata de lana nacido en Calabria había dejado una huella profunda en el vecindario).

Los jugadores bajaron de la formación ferroviaria con sus equipajes cargados de souvenirs (matas de pasto del central Park, piedras energéticas del Machu Picchu, botellas de ron, ladrillos de las ruinas mayas y una cornamenta de tamaño similar a la del alce australiano).

Autoridades municipales presentes en la ceremonia de bienvenida le acercaron al plantel una plaqueta de reconocimiento por el éxito de la gira. Un funcionario puso en manos del presidente de la delegación el obsequio…. en el preciso momento que surcó el cielo de Retiro “Speedy Buchona”, sin el saco con la  correspondencia (lo tiró en el desierto de Atacama), y dejó sobre el marco vidriado un garco imborrable. 

Los players se ausentaron de suelo patrio 5 meses, 150 días, 3600 horas y 216000 segundos. ¡Una eternidad! Ni Julio Verne soñó una aventura semejante. La tripulación de la Fragata Libertad estuvo dos meses varada en Ghana y se movilizó un país entero. Ud compare ¿Quiénes son los patriotas?

Me asalta una duda ¿Todo tiempo pasado fue mejor?