Cuarenta. Tensión, cuidados extremos. Arribo a un nuevo equipo. Cambio de Provincia. Su familia espera que se asiente en Buenos Aires para volver acompañarlo. Cristian Tarragona está viviendo un montón de sensaciones y desafíos tras llegar a Vélez.
Mientras visita departamentos buscando un nuevo hogar, pasa en soledad sus horas en la casa de su ex compañero en Platense, Facundo Curuchet. Lo felicitan amigos y colegas, entre ellos Cristian Bardaro a quién conoció en el cuerpo técnico del Calamar el año pasado. Bajo esas circunstancias entabló el diálogo y manifestó su felicidad "por este gran paso en su carrera" con el Podcast Vélez Fútbol.
"Estoy muy contento. Cuando mi representante me dijo que Vélez me quería, le dije que siguiera con el contacto porque yo quería jugar en un grande como lo es este club", comentó el delantero nacido en Santa Fe. Sus ganas se acrecentaron cuando recibió dos llamados claves: Pablo Cavallero y Mauricio Pellegrino. "Ahí me terminé de convencer. El Técnico me habló sobre cómo juegan sus equipos y creo que puedo serle muy útil a un equipo como Velez que siempre va para adelante". El Fortín es la camiseta número 12 de su carrera que incluye su debut en Arsenal de Sarandí, varios equipos del ascenso argentino (en distintas divisionales) y el Atlante de México.
Justamente en las categorías menores del fútbol local, Cristian fue forjando su nombre y apodo: "mi apellido puede sonar con Gol por eso me decían Terragol o Terragold", reconoce sonriendo. Claro que vivir de lo que ama es un orgullo, pero nada le resultó fácil. "El ascenso es muy difícil. Todo se hace complicado con las canchas, la ropa; la comodidad en sí. Y a veces esos son motivos suficientes para que un jugador cuelgue los botines. Yo he jugado en canchas cuyo terreno eran piedras pero siempre tuve perseverancia para seguir adelante", subraya.
"En 2012 quedo libre de Arsenal y me voy a La Pampa para jugar en Alvear, en el Torneo Argentino B. Me acuerdo estar sentado en una mesa junto a mi mujer y mi primer hijo, tomando mates en silencio. La miro a ella y le digo -esto es pasajero, voy a volver a jugar en Primera-. Y así fue, por eso disfruto mucho haber llegado a Vélez".
Previo su arribo al club, tuvo una temporada óptima en Patronato. Allí marcó 9 goles y fue uno de los máximos artilleros de la última Superliga detrás de Rafael Santos Borré y Silvio Romero (12 conquistas) y de José Sand (10). En el conjunto de Paraná mostró su estirpe de atacante potente que va a todas, con un certero olfato goleador y sin problemas para manejar ambos perfiles pese a ser diestro. "Estoy en el mejor momento de mi carrera para dar este gran paso", asegura sin dudar.
Mientras busca casa o departamento para recibir a su familia, Cristian se ilusiona. A sus 29 abriles tiene la madurez suficiente para ir con decisión por sus anhelos. Sabe muy bien dónde está y todo lo que puede conseguir, por eso tiene bien presentes las palabras de Bardaro que le dijo hace unos días: "Llegaste al mejor Club del mundo".
Volvé a escuchar el Episodio 01 con Alexander Domínguez.
