Junta Histórica

Chila y su obra revolucionaria

El 22 de marzo de 1996 José Luis Chilavert anotó el gol más espectacular de su extraordinaria trayectoria. El bendecido botín zurdo del genial paraguayo pinceló con la pelota una parábola fantástica, el balón voló 60 metros y se alojó en el fondo de la red de un atormentado Germán Burgos, arquero de River.

Aquel golazo instaló a Chilavert, definitivamente, en las grandes marquesinas del fútbol mundial.

Si la historia de Vélez y sus capítulos consagratorios vividos en la década del 90, suponen hitos imborrables, ¿dónde podría ubicarse el gol de Chilavert a Burgos desde 60 metros? Aquel grito eterno que atravesó por los aires la lluviosa noche de un 22 de marzo de 1996, no dio cuenta inmediata de ninguno de los títulos y copas obtenidos en la etapa más gloriosa. Es decir, no fue el penal de Pompei en el Morumbí, ni mucho menos las conquistas de Trotta y Asad ante Milan. Tampoco las dianas del Turu ante el Cartaginés, el derechazo del Beto Camps frente a Cruzeiro, ni la atajada del propio guardameta ante Burruchaga en un penal consagratorio de ese mismo certamen. 

Si una revolución es cambiar el paradigma de lo dado, aquel GOLÓN DE CHILA dio cuenta de un momento histórico donde nada volvería ser como antes: un arquero que venía rompiendo el molde del puesto, aquella noche terminó de gestar su obra histórica, nunca antes vista.

Vélez y River disputaron ese viernes uno de los tantos encuentros entre los dos conjuntos más dominantes de la década futbolística. La cronología indica que Juan Gómez puso en ventaja al Millonario a los 28 minutos del primer tiempo y así se fueron al descanso, 1-0 para la visita. En ese mismo arco, a los 3 del complemento, Pandolfi igualó de cabeza y todo volvía a estar igualado hasta que un gol de otro partido, llegó para quedarse en la memoria colectiva del fútbol mundial.

Minuto 22 de la etapa complementaria. Enzo Francescoli cortó con foul un anticipo de Cardozo. Como en La Plata un 8 de junio de 1993 (penal sobre el marcador de punta), otra vez Chilavert estaría en la antesala de un momento épico

Todo lo inmediato quedó enmarcado en fracciones de segundos: el árbitro Carlos Mastrángelo señaló la infracción, Bassedas acomodó la pelota para cobrar la falta y mientras el futbolista uruguayo ayudaba al Pacha a levantarse, el astro guaraní salió dispuesto a hacer historia. Pellegrino y el propio Christian le hacían señas con sus palmas hacia abajo en clara señal para que Chila amainara su impronta, sin embargo nada volvería a ser como antes.

El zurdazo viajó por los aires, y tan alto tomó vuelo la pelota que la transmisión oficial de televisión no pudo mostrar en directo el trayecto del disparo. 60 metros después bajó de golpe en el arco para sorprender a un precipitado Burgos que nunca pudo lograr su cometido: detener el curso de una historia nunca antes vista. 

José Luis Félix Chilavert lo había hecho de nuevo pero con otras armas. Como su penal ante Estudiantes cuando nadie lo esperaba, o el tiro libre perfecto y soñado frente a Pontiroli en 1995. En ese mismo 1996, tres meses después, le marcaría dos goles a Navarro Montoya para vencer a Boca. Todos hitos consecutivos y rompiendo lo que el mundo esperaba normalmente de un arquero. Por eso fue el mejor de todos Chila al tejer proezas únicas en su puesto cambio de paradigma mediante.

Tan grande fue aquel gol, el 2-1 parcial del encuentro, que terminó quitándole el protagonismo al resultado final. A cuatro minutos del epílogo, Hernán Crespo le daba el empate a River. Era 2-2 y la historia de casi siempre para Vélez, perder o conformarse con el empate ante los de Núñez. Pero el destino tenía otros planes y Marcelo Herrera, con un cabezazo desde el punto penal, selló la victoria agónica para el Fortín en tiempo de descuento.

El moño perfecto de una jornada épica, con Chilavert calzándose la pilcha de héroe, esa misma que vistió tantas veces para llevar a su Vélez a lo más alto. Un grito que a 26 años, aún sigue retumbando en Liniers.

SÍNTESIS


VÉLEZ SARSFIELD   3: José Luis Chilavert; Flavio Zandoná, Roberto Trotta, Mauricio Pellegrino, Raúl Cardozo; Marcelo Herrera, Marcelo Gómez, Christian Bassedas, Patricio Camps (70' Carlos Compagnucci); Fernando Pandolfi (52' Martín Posse), José Flores (89' Sebastián Méndez).
DT: Carlos Bianchi.
Suplentes: Sandro Guzmán, Darío Husain.

RIVER PLATE   2: Germán Burgos; Gustavo Lombardi, Celso Ayala, Juan Gómez, Guillermo Rivarola; Matías Almeyda, Leonardo Astrada (80' Hernán Crespo), Néstor Cedrés (77' Marcelo Gallardo), Ariel Ortega; Enzo Francescoli, Gabriel Amato.
DT: Ramón Díaz.
Suplentes: Joaquín Irigoytía, Pablo Lavallén.

Estadio: José Amalfitani
Árbitro: Carlos Mastrángelo
Goles: 29' Juan Gómez (RP), 48' Fernando Pandolfi (VS), 67' José Luis Chilavert (VS), 86' Hernán Crespo (RP), 90' Marcelo Herrera (VS)