Junta Histórica

Amalfitani, un legado vigente

Se cumplen 51 años de la desaparición física de José Amalfitani, el paradigma del Dirigente Deportivo. El hombre que lideró la refundación, soño, proyectó y erigió un Vélez gigante, nuestro orgullo.

¿Qué hubiera hecho en esta circunstancia? ¿Cómo hubiera reaccionado ante esta etapa crítica, inédita?

Toda respuesta a estos interrogantes resultaría contrafáctica. Pero su obra, reescrita miles de veces por propios y ajenos, permite aventurar un dictamen sobre cuál hubiera sido su conducta frente a los sucesos que nos atraviesan.

No cabe duda que hubiera puesto el pecho en el frente de batalla. Él, que reconstruyó al Club de las ruinas, que lo rescató de su desaparición en la década del 40, y bocetó un proyecto a mediano y largo plazo que edificó desde los escombros una Institución ejemplo, no hubiera bajado los brazos. Nunca. Hubiera reeditado y aggiornado a este período una de sus célebres frases y su axioma sonaría algo así: "Mientras haya diez socios el Club sigue en pie, necesitamos del esfuerzo de todos".

Su legado se apoyó en puntales que han sido guía para sus sucesores: Pasión, sacrificio, voluntad, trabajo, honestidad y capacidad de liderazgo, en las buenas... y en las malas. Retroceder nunca, rendirse jamás. 

Nacido un 16 de junio de 1894 Don Pepe se asoció en 1913 y fue Presidente de la Institución en tres ciclos: 1920/ 1923-25/ 1941-69 -este último el de mayor éxito- el que lo catapultó a la historia y el que "obligó" a la AFA a decretar el 14 de mayo (1969), fecha de su fallecimiento, como el "Día del Dirigente Deportivo".

La coyuntura impide que hoy estemos presentes para rendirle homenaje, como sucede todos los años, en el Panteón de Celebridades del Cementerio de la Chacarita. El mayor reconocimiento o tributo a su titánica tarea será seguir su huella, su impronta, características que lo transformaron en un directivo ejemplar y modelo.

Acompañado por laderos incondicionales Amalfitani refundó Vélez y lo convirtió en un prototipo de entidad social, cultural y deportiva única, digna de ser imitada, envidiada por todos.

En las difíciles, traer a la memoria su irrepetible obra es un deber insoslayable. Y el camino que él trazó es el que debemos continuar transitando. Todos. Porque Vélez somos todos.

Si el pudo, nosotros también podemos.