El lunes 28 de abril de 1980 Fortineros y Millonarios igualaron 1 a 1 en cancha de Independiente en dramático partido que otorgaba boleto a las semifinales de la 21ª edición de la Copa Libertadores. Con este resultado la formación velezana consiguió ese logro y eliminó de la competición al conjunto riverplatense.
Los equipos arribaron a esta coyuntura por compartir liderazgo y finalizar invictos en la Zona 1. La norma vigente de la Confederación Sudamericana establecía que ante igualdad de puntos el pase a semifinales debía dirimirse en un duelo a disputarse en terreno neutral. El Fortín abordaba este encuentro con ventaja de goles por lo que un empate le otorgaba el ticket a la siguiente etapa.
El desarrollo del cotejo se dio como todo el mundo presumía. El Millonario tomó la iniciativa desde el pitazo inicial y en contrapartida, los dirigidos por Jorge Solari se refugiaron en campo propio y aguantaron con orden, lucha y achique de espacios -siempre al acecho de aprovechar algún contraataque- los embates de un rival carente de ideas para vulnerar a un equipo compacto y sólido que tenía bien en claro cómo desarrollar un esquema preestablecido.
Vélez casi no pasó sustos en el devenir de los noventa minutos en tanto los conducidos por Ángel Labruna iban perdiendo la paciencia al mismo ritmo que corrían las agujas del reloj.
Consumido los noventa reglamentarios con un escenario de paridad, 0 a 0, los veintidós protagonistas debieron jugar un alargue de media hora para resolver definitivamente la cuestión.
A los 4 minutos de la prórroga, la paciente táctica velezana tuvo su recompensa. El lateral uruguayo Jorge José González, figura excluyente del pleito, vio el hueco y la oportunidad, se proyectó por su andarivel, el derecho, llegó al fondo y lanzó un centro venenoso que desvió de cabeza Pepe Castro en el primer palo. La pelota voló hacia el segundo poste por donde apareció como una tromba el Tano Osvaldo Damiano, quien le ganó en el salto a su marca, Eduardo Saporiti, y con un cabezazo introdujo el balón en el arco defendido por el Pato Fillol. La conquista del Tano desató el nudo en la garganta de los miles de fortineros que acompañaron al XI de Solari a Avellaneda, que se volvieron afónicos con un alarido que fue arranque de un pogo de felicidad inolvidable. Ese frentazo de Damiano fue tapa de todos los diarios y, probablemente, el gol más gritado de nuestra historia hasta el advenimiento de la gloriosa década del 90.
Un purrete llamado Ramón Díaz equilibró la contienda a poco del cierre del primer chico del adicional pero el asunto estaba sellado.
Vélez accedía a semifinales de la Libertadores en su primera participación y dejaba en el camino a River, uno de los cucos de la competencia, dueño de un plantel repleto de jugadores afamados y con pasado mundialista (Fillol, Passarella, Luque, Alonso, Díaz etc.) y demostraba nivel, categoría y argumentos para seguir avanzando con aspiraciones en el certamen.
SINTESIS
Fecha: Partido Desempate
28 de abril de 1980
Estadio: Independiente
Árbitro: Carlos Espósito
VÉLEZ SARSFIELD 1
Julio César Falcioni; Jorge José González, Osvaldo Piazza (100´Orlando Ruiz), Omar Jorge, Juan Carlos Bujedo; Armando Quinteros, Claudio Rotondi, Carlos Ischia; José Antonio Castro, Jorge Sanabria (62´Omar Da Fonseca), Osvaldo Damiano.
DT: Jorge Solari
RIVER PLATE 1
Ubaldo Fillol; Eduardo Saporiti, Daniel Lonardi, Daniel Passarella, Héctor López; Juan José López, Reinaldo Merlo, Norberto Alonso; Pedro González (61´Juan Ramón Carrasco), Leopoldo Luque (46´Ramón Díaz), Emilio Commisso.
DT: Ángel Labruna.
Goles: 94´Osvaldo Damiano, 102´Ramón Díaz.
Nota: Al término de los 90 minutos reglamentarios se jugó un alargue de 30 minutos. A los 10 minutos del primer tiempo del alargue fue expulsado el DT de Vélez, Jorge Solari. Ambos goles fueron en el alargue, primero el de Osvaldo Damiano a los 4 minutos del primer tiempo. Empató Ramón Díaz a los 12 minutos.