Junta Histórica

La Estatua del ídolo eterno

El 16 de diciembre de 2017 José Luis Félix Chilavert se inmortalizó en el alma velezana al descubrirse su estatua construida con el aporte de los fanáticos Fortineros y todo el trabajo de la Subcomisión del Hincha. Emocionado junto a su familia y sus compañeros campeones, el Chila se regaló una tarde noche para la historia. GIGANTE.

Vaya a saber porqué, la leyenda viviente de Vélez construyó muchas de sus epopeyas futbolísticas en jornadas lluviosas. A saber:

  • Aquel penal en La Plata, su primer gol oficial con la V en el pecho, para empezar a abrazar el Clausura 1993.
  • Un año después, sobre la hora, también la tarde era desapacible y ÉL decretaba la victoria ante Deportivo Español con el primero de sus 11 tiros libres con destino de red.
  • Si de noches tormentosas se trata, ¡cómo no recordar aquella del gol histórico desde mitad de cancha a River en 1996!
  • O las dos soberbias conquistas al Boca de Maradona, Caniggia y Navarro Montoya.
  • No obstante, en noviembre de 2004, su despedida se postergó un día a causa de la lluvia.

Y para cerrar la figura elíptica de manera perfecta, para no ser menos, el dia que se descubrió su estatua también explotó el cielo entre nubes grises y abundante agua.

El genio guaraní del arco sumó un capítulo más en su fecunda e inolvidable historia con Vélez. Su Estatua ya luce en el Hall Central junto a la de Carlos Bianchi. Y en una jornada inolvidable, con un denodado trabajo de la Sub Comisión del Hincha que diagramó una gala para el recuerdo, la lluvia dejó su legado. El cielo lloró, como las casi 3000 almas fortineras que colmaron el Estacionamiento Cubierto por la emoción que genera ver a su ídolo plasmado en una escultura de resina plástica para toda la eternidad.

Pasadas las 18.30 de aquel 16 de diciembre de 2017 se abrieron las puertas y de a poco, socios e hinchas comenzaron a colmar el recinto. Paralelamente, en el Salón Vip, tuvo lugar un ágape para los directivos y el principal entorno del hombre de la noche. José Luis Chilavert ingresó al Tercer Piso junto a su esposa Marcela y su hija Anahí. Junto al él, allegados a la Embajada de Paraguay en Argentina, su grupo de amigos y…siete representantes del Vélez Campeón de todo: Héctor Almandoz, Roberto Trotta, Marcelo Gómez, Christian Bassedas, Roberto Pompei y Omar Asad. También Carlos Ischia dijo presente.

Los socios e hinchas aportantes de la Estatua tuvieron su réplica y desfilaron por el escenario. Fueron casi 500, todos con una sonrisa en el rostro y tomando instantáneas de un momento inolvidable en la vida del ídolo y sus fieles seguidores.

La noche comenzaba a ganar terreno y se dejaba ver por los amplios portones del recinto. Con la oscuridad del firmamento en ciernes, las nubes grises se imponían y aquella decisión de postergar el primer lugar pensado para el evento (el estacionamiento descubierto), fue más que acertada. Mientras tanto, la familia fortinera esperaba ansiosa el arribo del arquero guaraní al escenario. Tronaba de fondo “no es el Loco ni el Pato es el famoso Luis Chilavert” y el “Chi- la - vert – Chi-la-vert”; de a poco, la llegada del ídolo empezaba a estremecer.

El reloj marcaba las 20.15 y Chila recorría todo el bajo estacionamiento flanqueado de sus íntimos. Una suerte de guardia pretoriana conformada por los hombres y mujeres de la Sub Comisión del Hincha, lo escoltó hasta subir las escalinatas y encontrarse con su público. Todo de negro vistió el ídolo: saco, remera, pantalón y zapatos; un calco de su armadura preferida cuando supo ser el mejor del mundo debajo de los tres palos. Todas las miradas se posaron en él. Los brazos en alto rompieron la escena y los cánticos volvieron a irrumpir en un solo destinatario. Chilavert ya estaba contemplando ante la plenitud de sus sentidos, el aroma de una noche intensa, vibrante, inolvidable.

“Muchas gracias a todos, realmente me llena de emoción volver a pisar mi casa, que es el mayor orgullo que tenemos. Siento total satisfacción que todos ustedes estén acá y les quiero decir a todos los hinchas de Vélez que los amo de por vida, de corazón”.

Entre Chilavert y la metáfora que evoca la canción de Los Redonditos de Ricota, no había barreras. Sonaba "Esa estrella era mi lujo" conjugada de imágenes con sus proezas deportivas, que le devolvieron a las casi 3000 almas las vivencias del mejor arquero que tuvo Vélez en sus 108 años de historia. Ch1la se entregó a un intercambio con los conductores del evento (los periodistas Álvaro Norro y Javier Tabares) y aún más estuvieron presente aquellas noches de Copas y sus nueve títulos conseguidos. Todo era emoción, recuerdos y amor profundo entre las partes: José Luis Chilavert y su idilio eterno con el pueblo velezano.

Elizabeth Eichhorm, la artista plástica que confeccionó la Estatua de Bianchi y la del guardameta guaraní, subió al estrado y recibió un ramo de flores y el agradecimiento del homenajeado. También un chiquito muy especial de nombre Ciro fue el destinatario de la camiseta homenaje confeccionada para el evento. Chila se la entregó de sus propias manos dejando en claro que para quien más lo necesita, él siempre estuvo. Y por supuesto, no podían faltar las palabras del Presidente de la institución, Sergio Rapisarda, a quien el 1, también recibió y no ahorró en elogios y deseos de prosperidad.

La Estatua esperaba ansiosa por su descubrimiento y hasta allí fue José Luis, consustanciado con el momento y preparado para revelar al gigante de 140 Kg. y 2,20 Metros: "Llegó el momento que todos estábamos esperando. Nuevamente le digo a todos: Gracias por estar aquí conmigo, los quiero mucho. Así como todos ustedes disfrutaron la década del 90, hoy disfruto yo. Esto es un sueño hecho realidad. Dejemos los rencores de lado, potenciémonos juntos porque así Vélez volverá a la senda del triunfo".

Y si lo dijo el 1, fue y será palabra santa. Afuera esperaba una lluvia torrencial. La misma que supo arreciar en varias jornadas donde el ídolo plantó bandera y armó una reVolución desde el arco. Bajo el agua o con sol, la historia del rectángulo de 7,32 Metros de ancho por 2,44m de alto, tiene un antes y un después desde el arribo a Liniers de aquel joven arquero paraguayo que decía llegar "para ser Campeón con Vélez". Y vaya si cumplió. Hoy, con 54 años, es Estatua, es Leyenda viviente y a su vez inmortal, porque se ancló en la memoria colectiva de un pueblo fortinero que juró nunca olvidarlo.

Gracias José Luis. Desde aquel 16 de diciembre de 2017 (y para siempre) volviste a tu casa.