Junta Histórica

¡Feliz Cumpleaños, Maxi!

Maximiliano Moralez cumple 33 años y siempre será bien recibido en Vélez. Por la gloria alcanzada a través de dos títulos, por un gol determinante y por cientos de gambetas.

Si lo bueno viene en frasco chico como sugiere el popular dicho, 160 centímetros bastan para saber que si se quiere ser grande no es necesario ser alto ni portentoso. Con la habilidad como recurso y una garra para jugar que enaltece aún más su figura, Maxi Moralez tiñó de inolvidable historia su paso por Vélez.

Arribó a Liniers en el verano de 2009 para disputar el Clausura que luego quedaría en las vitrinas de la Institución. Antes, su debut en Racing durante 2005, conquista y figura del Mundial Sub 20 en Canadá 2007, transferencia al extinto FC Moscú y retorno a la Academia para salvarlo del descenso luego de una milagrosa definición con gol incluído ante Belgrano de Córdona. Frasquito demandaba protagonismo lejos de la zona baja de la Tabla y para ser Campeón, necesitaba un salto de calidad que logró merced a su transferencia a Vélez.

El también debutante Ricardo Gareca le dio la confianza de arranque a Maxi y tuvo su estreno con la V el 8 de marzo de 2009 ante Independiente en cancha de Huracán. No tardó en ser la manija del equipo, apareciendo por la banda izquierda principalmente y con pierna cambiada, enhebrando fintas y paredes con Emiliano Papa y Víctor Zapata. Maxi culminó aquel Clausura con 14 partidos y 5 goles, el último de ellos dueño de todos los flashes: agónica definición, imborrable gesta para definir arriba y desatar la euforia ante Huracán. Moralez al Campeonato para toda la vida.

Su paso por El Fortín siguió regado de talento y con el correr de los encuentros alcanzó un nivel digno de crack para completar 72 cotejos en torneos locales y 26 en compromisos internacionales (19 por Copa Libertadores y 7 por Copa Sudamericana). Señaló 25 goles. Resultó Determinante en la obtención del Clausura 2011 y uno de los mejores jugadores, con golazo incluido, en el 4-0 ante Estudiantes en el único de La Plata, siendo aquel uno de los encuentros que más se recuerde en la Era Gareca en virtud de la faena lograda ante un gran rival de ese momento.  

En el terreno de lo ucrónico, quedará su remate cruzando mitad de cancha en el travesaño ante Liga en la altura de Quito durante 2009, que de haber sigo gol hubiera siginificado la clasificación a la Semifinal de la Copa Sudamericana. Pero también Vélez extrañó mucho su presencia en la llave ante Peñarol por la Libertadores dos años después: se lo esperó hasta último momento en Montevideo y no pudo jugar a causa de una lesión que sólo le permitió decir presente un puñado de minutos en Buenos Aires. La salida temprana de Maxi no limitó al conjunto Fortinero que siguió buscando por todos lados, pero lo privó de tener en cancha al mejor jugador de la plantilla. 

Para el recuerdo quedará su gambeta corta, punzante y escurridiza, la furia de un mediapunta que siempre iba para adelante sin importar a quién tuviera enfrente. Con sus hombros tatuados con dos pelotas en forma de estrellas merced a sus logros con la Institución, Maxi Moralez será siempre el hombre del gol definitivo, el refuerzo de lujo, el jugador que todos querían y que Vélez trajo para agigantar su figura. No necesitó de una gran longitud, su grandeza se mide en talento, y ahí sí le saca varias cabezas al resto. 

GRACIAS POR TODO. MUY FELIZ CUMPLE, MAXI.