Junta Histórica

¡Feliz Cumpleaños, Flaco!

Ricardo Gareca nació el 10 de febrero de 1958. Jugador, director técnico exitoso, hincha e ídolo, el Tigre participó en 118 partidos con la casaca velezana, gritó 24 goles y consiguió 4 títulos en el rol de entrenador. Hoy cumple años un símbolo indiscutible de la historia de Vélez.

Por Junta Histórica

Gareca nació en el barrio de Mataderos, pero en su temprana infancia su familia se mudó a Tapiales y en esa localidad bonaerense empezó a patear una pelota en el baby fútbol del club Juvencia. Ya desde chiquito acostumbraba ponerse la V azulada, y concurría al José Amalfitani para alentar al Fortín. Sin embargo, a los trece años, su padre lo llevó a probarse a Boca. Los reclutadores de juveniles detectaron sus atributos y el Flaco comenzó a formarse en las divisiones inferiores boquenses en el predio de La Candela. En sus principios se desempeñaba como volante ofensivo aunque se destacaba por una característica: su llegada permanente a posiciones de gol.

Su debut en Primera División se produjo el 20 de septiembre de 1978 ante Rosario Central en Arroyito. Tras una excelente campaña en Sarmiento de Junín, donde estuvo a préstamo durante el Metropolitano de 1981, regresó a Boca para convertirse en un puntal del equipo xeneize. En 1985, luego de un grave conflicto con la entidad de la ribera-protagonizado junto a Oscar Ruggeri, su amigo y socio en una escuela de fútbol que funcionaba en Ramos Mejía-, firmó su traspaso a River Plate, donde sólo permaneció unos meses hasta que fue transferido al América de Cali, institución en la que brilló junto a otros próceres velezanos como Julio César Falcioni y Carlos Luis Ischia, ganó dos torneos locales y accedió tres veces a la final de la Copa Libertadores de América.

Fue en 1989 cuando, por fin, Vélez y Ricardo Gareca se reencontraron, años después de aquellas andanzas infantiles y adolescentes del Flaco por las tribunas fortineras. La idea de los dirigentes fue armar un equipo competitivo que pudiera entregarle un título al Club tras dos largas décadas de sequía. Ubaldo Fillol, Juan Gilberto Funes, Robinson Hernández, Osvaldo Coloccini, el regreso de Ischia y la estilizada figura de Gareca, figuras comandadas por Alfio Basile, hicieron crecer la ilusión pero el anhelo de coronación quedó trunco.

El Tigre defendió la casaca velezana tres años y medio, y su foja de servicios se compone de 118 presencias y 24 goles. De estos, los que más se recuerden, tal vez sean, el que le marcó sobre la hora a Unión en Santa Fe, en el Clausura 1992, un torneo que la formación dirigida por Eduardo Manera peleó hasta el final punto a punto con Newell’s; y el que le anotó a Boca, también sobre el epílogo, en el apasionante e infartante cruce disputado en el Amalfitani el 16 de febrero de 1990, que concluyó en un empate 3 a 3, tras un primer tiempo que había concluido 3 a 0 en favor del xeneixe.

El 29 de noviembre de 1992 vistió por última vez nuestros colores en un 2 a 0 sobre Argentinos Juniors. En 1993, paradójicamente cuando comenzaba la etapa de mayor gloria deportiva fortinera, Gareca se alistó en Independiente, para formar parte de la escuadra roja que obtuvo el Clausura y la Supercopa 1994 y anunciar su retiro concretado a fines de ese año.

En su carrera, quedó también el recuerdo de su exitoso paso por la Selección Argentina. El Flaco Integró el combinado juvenil que participó del Torneo Esperanzas de Toulón en 1979 y, ya con la selección mayor, registró, entre 1981 y 1985, 26 presentaciones y 6 tantos -entre ellos el señalado a Perú que permitió la clasificación al Mundial de 1986-, pero también la frustración de no haber sido convocado por Carlos Bilardo para jugar en el certamen desarrollado en México.

Poco tiempo después de encajonar los botines asumió un nuevo papel dentro del mundo del fútbol: el de Director Técnico.

En 1995 dirigió a San Martín de Tucumán, y luego engrosó su carrera como DT en Talleres de Córdoba (donde capturó el Campeonato de la Primera B Nacional 1998 ante Belgrano, el clásico rival, en una final inolvidable, y la Copa Conmebol 1999), Independiente, Colón, Quilmes, Argentinos Juniors, América de Cali, Independiente Santa Fe de Bogotá y Universitario de Lima, Club con el que se adjudicó el Apertura 2008.

El año 2009 encontró a un Christian Bassedas-por entonces dando sus primeros pasos en la función de mánager-absolutamente decidido: el entrenador que se necesitaba en Liniers, después de la salida de Hugo Tocalli y del interinato de Pedro Larraquy, era Ricardo Gareca. Y el Tigre afrontó el desafío, hizo las valijas y volvió a su amado Vélez para obtener toda la gloria que como jugador se le había negado. Con él a cargo de la dirección técnica el Fortín jugó 254 partidos, 191 por torneos locales, 3 por copas nacionales y 60 por copas internacionales, de los cuales ganó 130, empató 65 y perdió 59, por lo que consiguió el 59,71 % de los puntos en juego. Ya en su estreno al timón del plantel profesional conquistó el Clausura 2009; pero llegarían más logros a lo largo de su mandato que se extendió por 5 temporadas: Clausura 2011, Inicial 2012 y Primera División 2012/2013.

Si quedó alguna asignatura pendiente fue la competencia internacional, especialmente la Copa Libertadores de América, que estuvo tan cerca en aquella semifinal perdida ante Peñarol de Montevideo en 2011, pero ¿qué se le puede reprochar a este FLACO inmenso que nos dio tantas alegrías y supo ganarse el respeto de todo el fútbol argentino?, ¿cómo olvidar, por ejemplo, la postal que nos regaló con sus lágrimas la tarde - noche del 1 a 0 a Huracán, la de su primer título en 2009; o aquella del festejo descontrolado, abrazado al Turu Flores sobre el césped de la cancha de All Boys, una semana antes de la consagración en 2012?

Se fue al Palmeiras de Brasil en 2014, aunque no pudo reiterar los éxitos logrados en la Argentina, y se metió en la historia grande del fútbol peruano al clasificar a la selección de ese país a un Mundial, el de Rusia 2018, después de 36 años de ausencia en la máxima cita mundialista. Quizás aquella frustración de no haber podido participar como jugador, en parte la haya podido compensar como conductor del combinado incaico que aún dirige, en un país cuyo fútbol lo idolatra casi tanto como lo idolatra Vélez Sarsfield.

Hoy cumple años un miembro de la familia velezano querido y querible por su capacidad, su profesionalismo y su don de gente.

¡Felicidades Flaco!