Homenajes

El más campeón

Aquella tarde noche en Mendoza, y con una multitud de hinchas Fortineros como testigos, Vélez venció en un dramático encuentro a Newells por 1 a 0, con un golazo de Lucas Pratto, en el duelo de campeones. Pasaron cinco años de ese logro, el 15to en nuestra historia. Un Vélez grande en la cancha y en las tribunas. Mucho más grande, GIGANTE.

Una vez más embanderados con la gloria. Una vez más, los libros de Historia del Fútbol Argentino graban a fuego su nombre. El Club Atlético Vélez Sarsfield sumó una nueva estrella, su decimoquinta en una historia riquísima, fiel a la costumbre de parir cada logro, de hacerlo carne, de sufrirlo y lucharlo al máximo. Porque lo lleva en su ADN, porque no importa lo que haya que dejar de vida en el camino, si siempre va a valer la pena como en esa tarde noche mendocina.

Porque en la previa eran las voces que no se detenían en elogios para los dirigidos por el Tata Martino, que venía de coronar y de endulzar los paladares de los medios ávidos de encontrar un nuevo horizonte futbolístico. Bien ganado por la Lepra, que fue el mejor en el Torneo Final 2013, parecido a lo que fue Vélez en el anterior, en el Torneo Inicial 2012; que les permitió a ambos disputar esta Super Final para medir al Campeón de la Temporada, en esa nueva modalidad que estrenó la Asociación del Fútbol Argentino. Pero pasa que muchos se olvidaron de las cualidades que lo llevaron a Vélez a coronar, muchos se olvidaron precisamente de Vélez. Grave error. Lo lamento por ellos.

Porque el equipo de Ricardo Gareca entendió rápido lo que había en juego. Mucho más que una estrella, mucho más que la clasificación a las copas, como hasta de jugar por la Supercopa Argentina con el ganador de la Copa Argentina 2013. Mucho más que todo eso. Este grupo de hombres comprendió que estaban frente a una posibilidad enorme de volver a demostrar a todos los que desconfiaron, que estaba más vivo que nunca, más vigente aún en una continuidad de cinco años de éxitos al cual nadie, ninguno de los rivales de turno que quisieron opacarlo pudieron seguirle la marcha. Lo intentó Estudiantes, probó Lanús, en su momento tal vez vio un suspiro Huracán; como ahora también lo buscó Newells que aún mantiene fresca su consagración. Pero Vélez ya sumaba su quinto año de gloria, de una continuidad bendita y hermosa que lo hizo ser el mejor de la Argentina. No tenga dudas de eso.

Porque desde el vamos, el equipo salió al campo de juego y se encontró con un marco encantador. Las miles de almas velezanas que coparon el sector sur y la mitad de la platea fueron mayoría ante una parcialidad leprosa que vino en cantidad pero por debajo de la gente que vino de Buenos Aires. El hincha de Vélez jugó su partido también y fue fundamental. Para empujarlo entonces a Vélez a saltar al terreno a comerle el hígado a Newells, desde el primer minuto.

Fue así que en una falta que recibió Fernando Gago sin pelota por parte de Pablo Pérez, Sebastián Domínguez se disfrazó de lanzador y le puso una pelota a Emiliano Papa tan profunda que el lateral solo tuvo que dominar, hacer la pausa y habilitar a Pratto que dominó también con calidad, tiró la finta y de zurda le torció las manos a Guzmán y a la suerte de Vélez en el semestre. La red se infló al mismo instante en que estallaba el hincha rompiéndose la garganta en un grito eterno. El equipo de Gareca daba el golpe ante un conjunto de Martino que acusaba el impacto de un semestre sin recambio, jugando a todo por el todo.

Pero nada en la historia de Vélez es fácil o presume de serlo. Porque a los 28 minutos de la primera parte, Cubero vio como Maxi Rodríguez se le escapaba en el área y cometía una infracción a la cual Pitana no dudó en señalarla como falta marcando el punto penal y mostrándole la segunda amarilla al capitán velezano. Peor panorama imposible para Vélez. Los fantasmas de la duda comenzaron a sobrevolar el Malvinas Argentinas con un Vélez que quedaba con un hombre menos y que encima tenía el rival en los pies de su máximo goleador, Ignacio Scocco, la posibilidad de nivelar el encuentro. Pero creció la figura y se agigantó el mito del golero uruguayo cuando enfrenta rivales desde los doce pasos. Scocco buscó cercanía del palo y casí elástico Sosa contuvo abajó en una volada formidable que generó el segundo estallido del hincha velezano que a esa altura hacía jueguito con el corazón que se le salía por la boca. Sosa le devolvía la vida a su equipo y sentenciaba de muerte al rival.

Gareca buscó rápido rearmar sus líneas y le dio cancha a Gino Peruzzi por Iván Bella acertando en la variante por el nivel superlativo que mostró el lateral de la Selección Argentina. Desde allí fue puro aguante, con un Lucas Pratto sacrificado al máximo jugando de lateral por derecha. Con un Federico Insúa que corrió una barbaridad para también bajar a defender. Con un Fernando Gago que tuvo que dejar la cancha lesionado también por la entrega dejando tal vez, en su último encuentro con la camiseta de Vélez, además de la entrega y este título, un taco lujoso para habilitar a Papa digno de su calidad. Con la prestancia de Franco Razzotti. También con la fiereza de Sebastián Domínguez para sacar todo, junto con Tobio y Papa. Todos, pero todos, hasta en las corridas tremendas del Chucky Ferreyra para jugar de contra, entendieron que el partido había que parirlo. 

Nada de eso sucedió. Si bien estuvo cerca en dos claras, Newells inquietó solo desde la tenencia. Y empezó a jugar el hincha de Vélez con su aliento, mientras sus pares de Newells miraban desde la cabecera enfrentada con la pasividad de quien entiende que dentro del campo de juego hay un equipo que está mostrando unos cojones tremendos para conseguir lo que anhela. Ese equipo no era Newells, el elogiado… fue Vélez.

Todo fue drama al final. Cada gota de sudor de los jugadores de Vélez encontró el premio justo con el pitazo final en un abrazo interminable desde el campo de juego hacia la tribuna. La sonrisa de Ricardo Gareca aún destella su dentadura perfecta de morder títulos en su paso por la institución. El técnico sumaba su cuarta lauro en el club, tan solo medio menos que Carlos Bianchi con aquel recordado campeonato del Clausura 96 compartido con Osvaldo Piazza. Es muy grande el Tigre Gareca. Tan grande como Vélez Sarsfield, porque son dos reflejos de la humildad. Porque juntos volvieron a refundar la gloria de la institución, en el deseo de aquel 2009 de Christian Bassedas, de Miguel Calello. De todos.

Hace cinco años el Fútbol Argentino se arrodillaba una vez más ante Vélez. Otra vez, desde lo más alto aparece la figura de un equipo que se animó a soñar a todo y que seguía edificando sueños.

Super Campeón. Somos Campeones otra vez… y otra vez… y otra vez… y otra vez…

Sintesis:

Vélez  1

Sebastián Sosa; Fabián Cubero, Fernando Tobio, Sebastián Domínguez, Emiliano Papa; Iván Bella, Franco Razzotti, Fernando Gago, Federico Insúa; Lucas Pratto y Facundo Ferreyra. DT: Ricardo Gareca. 

Newells   0

Nahuel Guzmán; Marcos Cáceres, Santiago Vergini, Gabriel Heinze, Milton Casco; Pablo Pérez, Lucas Bernardi, Rinaldo Cruzado; Víctor Figueroa, Ignacio Scocco y Maximiliano Rodríguez. DT: Gerardo Martino.

Goles: PT: 8´Lucas Pratto

Incidencia: PT: 31´ Sebastián Sosa le tapó un penal a Ignacio Scocco 

Amonestados: PT: 5´Santiago Vergini,Fabián Cubero, 9´Pablo Pérez, 45´Emiliano Papa; ST: 18´Rinaldo Cruzado, 25´ Sebastián Sosa, 31´Federico Insúa, 47´Franco Razzotti.

Expulsado: PT: 27´ Fabián Cubero, por doble amonestación.
Cambios: PT: 30´Gino Peruzzi por Iván Bella; ST: 23´ Lucas Romero por Lucas Pratto, 26´Francisco Cerro por Fernando Gago, 27´Maximiliano Urruti por Pablo Pérez.

Estadio: Malvinas Argentinas

Árbitro: Néstor Pitana