El hombre que supo hacer de un cargo de entrenador un trabajo no perecedero, en la víspera de una Noche Buena le imprimió fecha de vencimiento a su exitosa estadía en Vélez. El ciclo exitoso de cinco años bajo el rugido de su bandera se detuvo. En una pausa que quizás el tiempo vuelva a darle marcha. Años que para la historia del club quedarán para siempre grabados en las páginas doradas, por el peso específico de lo ganado, por la impronta divina de su estirpe ofensiva.
Solo basta con repasar al Vélez que a fines del 2008 atravesaba por un camino incierto desde lo futbolístico, acostumbrándose a la medianía de una competencia que lo tenía lejos de los puestos de vanguardia y donde se despedía pronto de los campeonatos. Mucho desde lo dirigencial ha tenido que ver en el cambio que hoy, cinco años después lo plantan a Vélez como el Mejor Equipo de la Argentina por consecuencia de títulos, puntos y años. Pero sin lugar a dudas, que el arribo de Christian Bassedas a la Asesoría Técnica del Fútbol Profesional del club ha sido la piedra fundacional de esta historia. Su primera y gran decisión fue la de pronunciar un nombre y así fue como luego de respetar su contrato hasta el último día con la entidad peruana, Ricardo Gareca se hizo nuevamente Vélez y Vélez también empezó a llamarse Ricardo Gareca.
Su principal virtud en estos años fue el grupo, tanto el de trabajo que lo rodea, como el material que junto a la directiva supo seleccionar para tener planteles más que competitivos: planteles ganadores. Su carisma de líder sin misterios, sin vedetismos, sin puertas cerradas; con las libertades de quien confía en su poderío y se sustenta en su potencial. Su don de gente que lo distingue y el que lo ha llevado en este 2013 a recibir una preciosa marca en su vida como lo fue el reconocimiento en la Legislatura Porteña. Su entrega para con la gente. Nunca he visto a un entrenador acudir a cada inquietud de todo hincha, de cualquier edad que se daba cita en la Villa Olímpica o donde sea, siempre mostrando gran amabilidad y respeto. Pablito es el ejemplo tal vez que han recogido los medios por la importancia de su salud, pero crea que el Tigre ha tenido gestos de esa altura para con todos los que por una u otra cosa iban a Ituzaingó a verlo. De hecho, en lo personal, en estos cinco años perdí a mi viejo y fui padre por primera vez, y en ambas situaciones tuve su palabra o un abrazo que siempre guardaré para recordarlo más allá de lo que nos ha dado a todos desde la línea de cal hacia afuera.
Su forma de ir de frente. No hay un jugador en estos cinco años que se haya ido mal con él. Todos coinciden en la gratitud de su palabra cara a cara para tal vez decirles que no iban a ser tenidos en cuenta o que les tocaba aguardar en el banco un tiempo o lo que sea.
Su forma de sentir y amar a Vélez. Pidió en su presentación como entrenador que no lo juzguen como hincha, no lo iba a permitir. Pero se encargó de que directamente no haya cuestionamientos, porque ganó en cancha lo que muchos no han podido ganar, porque lo devolvió a Vélez a los puestos más altos, porque nos dio la posibilidad de hacer justicia con un club que siempre aspiró a ser lo que es hoy. Porque cada arruga que ganó en estos cinco años en su rostro, son las marcas de un tiempo que fue hermoso y que lo sufrió a la vez como nunca por la exigencia que le demandó conducir la vida futbolística del club de sus amores.
Hablar de números es pura estadística. Cuatro Campeonatos (Clausura 2009, Clausura 2011, Inicial 2012 y Campeón Argentino 2012/2013), un Subcampeonato (Apertura 2010), una semifinal de Copa Libertadores (2011), una semifinal de Copa Sudamericana (2011), dos veces el mejor equipo del año calendario (2009 y 2012), elegido dos veces como el Mejor Club del Mundo por el Instituto de Historia y Estadística, compartiendo por más de cinco meses el podio entre los mejores del Mundo solo superado por Barcelona y Real Madrid de España, venta de jugadores, promoción de más de 32 juveniles, más de 250 partidos con una efectividad tremenda; números y más números de una historia inigualablemente inolvidable.
Sin ningún lugar y tipo de dudas, el Flaco Gareca elevó al máximo la vara de Vélez Sarsfield. Es un antes y un después en la vida del club, a pesar de que intente bajarle los decibeles asumiendo la exigencia para su cuerpo técnico y no para los que vendrán. Marcó el camino, alimentó el orgullo y potenció la marca. Crecieron juntos, Vélez y Gareca al punto tal que no se podía ni se puede aún hoy imaginarlos por separados aunque ya no quede otra que hacerse mucho más que la idea.
Será extraño no ver su melena rubia asomando desde el banco de suplentes del Amalfitani o para irse a desplomar en el mismo cuando una jugada no salió como la esperaba. Envuelto en llanto como en el 2009, sintiéndose campeón con Vélez por primera vez y siendo inevitable el recuerdo de su viejo; o paseando con su nieto del cual fuimos testigos de su crecimiento en cada título obtenido posando con la copa y su abuelo. Rugiendo de puños apretados en cada grito de gol. Rodando por el piso de Floresta junto al Turo Flores en una celebración interminable a la víspera de un título. Sentirnos orgullosos de su persona. Idolatrarlo como justicia histórica por su época de jugador de Vélez donde no pudo vivir la gloria de la cual hoy es parte y merece cada gigantografía y los que se levante en su nombre. La nueva acepción al vocabulario de llamarse cada hincha “Garequista”, en el afán argentino de ponerse de un lado o del otro en pos de una identificación.
La espera en que algún momento, todas estas sensaciones se vuelvan a encontrar en el nacimiento tal vez del pedido del hincha en su vuelta.
A cada fin de año le faltará una rueda de prensa de renovación como en los cuatro anteriores. Sin embargo, la historia continúa. Vélez debe seguir por el camino trazado y siendo cada vez más grande esté quien esté sentado en el banco de suplentes y ojalá tenga la misma o mejor suerte que la que ha tenido el Tigre.
Quisiera haber puesto simplemente “Gracias”, pero la talla de su persona, Señor Gareca… merece mucho más que cada una de mis humildes palabras.
Ojalá que el tiempo y la historia lo devuelvan algún día a casa.
LOS NÚMEROS DEL ÍDOLO
Ricardo Alberto Gareca nació en Tapiales, provincia de Buenos Aires, el 10 de febrero de 1958.
Formado en la cantera de Boca Juniors, el Tigre debutó en primera división el 20 de septiembre de 1978 en Rosario, en el marco de una victoria de los xeneizes ante Central por 1 a 0. El Flaco alternó titularidad hasta el 80 y en la temporada siguiente fue cedido a préstamo a Sarmiento de Junín, entidad que había conseguido el ascenso a la máxima categoría y cuya lista de profesionales conducidos por Roberto Perfumo enrolaba apellidos de la talla de Juan Gilberto Funes o José Raúl Iglesias. El obstinado felino del área brilló en el elenco juninense. En su estadía en el verdolaga, el potente goleador de melena rubia conquistó 13 tantos en 33 compromisos y con esta relevante cifra instaló su nombre en las marquesinas del fútbol argentino. Según su propio testimonio, su buen rendimiento en Sarmiento fue la catapulta que lo reposicionó en la consideración popular y mediática.
El centro delantero de zancada larga volvió a Boca para disputar el Nacional 81 y compartió plantel con astros de la estatura de Diego Maradona y Miguel Brindisi. Su eficacia ante los arcos se evidencia en los números: Con la camiseta azul y oro su curriculum referencia 65 garecazos en 130 presentaciones.
Debido a un conflicto contractual, Gareca y su colega y amigo Oscar Ruggeri, abandonaron la Ribera y mudaron sus goles (en el caso del Flaco) y la contracción a la marca (el Cabezón) a River Plate en 1985. El Tigre tuvo escasa participación en la Institucion de Núñez (12 pj, 4 festejos) y previo al final del año armó sus valijas para alistarse en las huestes del América de Cali.
En tierra cafetera se asentó como futbolista, asumió un rol trascendente en la escuadra colombiana y dejó una huella imborrable en el público caleño. Comandado por el Dr. Ochoa Uribe, los Escarlatas alcanzaron dos títulos locales y un subcampeonato, y accedieron sin fortuna ¡tres veces! a la final de la Copa Libertadores (obtuvo el galardón de máximo artillero en la edición 87 con 7 anotaciones). Asistido por Carlos Ischia, Roberto Cabañas, Anthony de Ávila o Willington Ortiz entre otros, el blondo y espigado ariete perforó los piolines rivales en 31 oportunidades en 53 encuentros. Un detalle curioso: en un tramo de aquella época se puede encontrar alguna fotografía en la que aparece provisto de una espesa barba.
Hincha de Vélez por legado paterno, el Tigre había confesado públicamente su simpatía por el Fortín en el semanario El Gráfico en los albores de los 80 y logró concretar su anhelo de calzarse la “V” azulada en 1989. Guiado por Alfio Basile, el “Dream Team” conformado por una constelación de figuras como Fillol, Funes, Simeone o el Ratón Zárate era audaz, agresivo y generoso para con el espectáculo pero no cumplió con las expectativas de eficacia que había generado.
El “9” sin embargo siempre dejó el alma en la cancha y se apoderó de la confianza, y de un lugar en el once iniciático, de manos de técnicos de estilos diferentes que utilizaron el buzo de DT en el período comprendido entre el 89 y el 92: Roberto Rogel, Héctor Veira, el mencionado Basile y Eduardo Lujan Manera.
El goleador partió hacia Independiente en el 92 acusando un legajo de 118 encuentros disputados y 24 rugidos.
Ricardo Alberto Gareca colgó los botines en el Rojo de Avellaneda tras capturar el Clausura y la Supercopa 94. A lo largo de su dilatada trayectoria convirtió 208 goles como futbolista profesional.
Ataviado con la albiceleste firmó planilla en 20 contiendas con 6 gritos. Carlos Bilardo conserva en su mesa de luz una estampita- a la que le reza todas las noches- con la imagen del atacante de corazón velezano. ¿Qué hubiera sido de su futuro sin aquel agónico toque a la red del Flaco en el decisivo duelo ante Perú por las eliminatorias para el Mundial 86? Aquella apilada de Diego frente a Inglaterra hubiera sido una utopía en el imaginario popular. El fútbol argentino le debe parte de aquella vuelta olímpica en el Azteca al oriundo de Tapiales.
Guardados los pantalones cortos en un cajón del placard, con el diploma de entrenador bajo el brazo, este honesto laburante fue contratado por San Martin de Tucumán, pistoletazo de largada de un periplo que comprende pasos por Talleres de Córdoba (logró un ascenso y la Conmebol 99), Independiente, Colón, Quilmes, Argentinos jrs, América de Cali, Santa Fe de Colombia y Universitario de Perú (Campeón de Liga 2008).
Recomendado a los directivos por el manager del Club y ex compañero, Christian Bassedas, Ricardo Gareca se sentó en el banco de Vélez a principios del 2009 y en estos días, algo poco frecuente, arranca su quinto ciclo consecutivo a cargo del plantel profesional.
Bajo su batuta el Club apiló tres títulos locales (Clausura 09 y 2011; y Torneo Inicial 2012). Fue Subcampeón del Apertura 2010 con 43 unidades cosechadas, y tercero en el Apertura 2011 y Clausura 2012. En el plano internacional accedió a las semifinales de la Libertadores 2011 y la Sudamericana 2011 ¡¡¡Pavada de éxitos!!!
Durante su gestión se potenció el desempeño de numerosos jugadores, entre ellos varios juveniles entre los que sobresalen Otamendi, Torsiglieri, Cristaldo, Ricky Álvarez y Juan Manuel Martínez.
A la fecha, en la génesis de su quinta etapa como comandante de la plantilla, este hombre digno, educado y sereno acumula 200 partidos dirigidos con 109 triunfos, 47 empates y 44 derrotas.
Sus goles en Vélez
FECHA
|
DIA
|
RESULTADO
|
ARBITRO
|
ESTADIO
|
GOLES
|
RIVAL
|
TORNEO 89/90
5
|
10/09/1989
|
1 a 0
|
Calabria
|
Vélez
|
1 (68)
|
A.Juniors
|
7
|
17/09/1989
|
1 a 1
|
Loustau
|
Vélez
|
1 (31)
|
San Lorenzo
|
11
|
15/10/1989
|
4 a 1
|
Coradina
|
Vélez
|
1 (75)
|
Chaco For Ever
|
23
|
16/02/1990
|
3 a 3
|
Demaro
|
Vélez
|
1 (89)
|
Boca
|
34
|
02/05/1990
|
3 a 0
|
Calabria
|
Huracán
|
1 (38)
|
D. Español
|
APERTURA 90
6
|
23/09/1990
|
2 a 0
|
Padilla
|
Vélez
|
1 (47)
|
Lanús
|
18
|
14/12/1990
|
1 a 2
|
Demaro
|
Vélez
|
1 (57)
|
Chaco for Ever
|
19
|
22/12/1990
|
2 a 1
|
Loustau
|
River
|
1 (22)
|
River
|
CLAUSURA 91
2
|
03/03/1991
|
3 a 1
|
Biscay
|
Vélez
|
1 (71)
|
Gimnasia
|
3
|
10/03/1991
|
1 a 0
|
Gallina
|
Ferro
|
1 (37)
|
Ferro
|
11
|
05/05/1991
|
3 a 1
|
Hay
|
Vélez
|
2 (35, 90)
|
Newells
|
13
|
14/05/1991
|
2 a 0
|
Biscay
|
Vélez
|
1 (73)
|
Platense
|
15
|
09/06/1991
|
2 a 2
|
Vigliano
|
Unión
|
1 (5)
|
Unión
|
APERTURA 91
3
|
19/09/1991
|
2 a 3
|
Loustau
|
Boca
|
1 (14)
|
Boca
|
15
|
01/12/1991
|
2 a 0
|
Crespi
|
Vélez
|
2 (69, 84)
|
Unión
|
16
|
07/12/1991
|
2 a 0
|
Biscay
|
R. Central
|
1 (88)
|
R. Central
|
19
|
22/12/1991
|
2 a 2
|
Lamolina
|
Vélez
|
1 (23)
|
Belgrano
|
CLAUSURA 92
2
|
01/03/1992
|
1 a 1
|
Hay
|
Vélez
|
1 (52)
|
Ferro
|
3
|
08/03/1992
|
1 a 1
|
Lamolina
|
D.Español
|
1 (71)
|
D.Español
|
8
|
10/04/1992
|
2 a 2
|
Biscay
|
Vélez
|
1 (4)
|
Indepte
|
15
|
07/06/1992
|
1 a 0
|
Dellacasa
|
Unión
|
1 (89)
|
Unión
|
APERTURA 92
13
|
08/11/1992
|
1 a 2
|
Mastrangelo
|
Olímpico
|
1 (2)
|
Talleres
|