En
nuestra historia, la de los hinchas de Vélez, hay fechas imborrables. Una de
ellas es la vamos a recordar hoy: el 23 de febrero de 1992. Ese
día jugábamos con Boca en el Amalfitani. Era la primera fecha del Clausura 92.
Arrancaba una nueva esperanza.
En
los días previos a un grupo de fortineros el corazón les latía con más fuerza
que nunca. Estaban a punto de hacer algo grande de verdad.La
idea había nacido dos años atrás. Era un sueño, no mucho más que eso. Pero ya
corrían los 90, una época en la que los sueños se nos hicieron realidad todos
juntos.
El
primero que lo propuso en aquellas charlas de tablón fue Obi. La idea era hacer
un telón de unos 26 mts. x 70 mts. que cubriera toda la popular, que en
aquellos tiempos era la Oeste.Enseguida
prendió y un día de semana vinieron a medir la tribuna. Lo hicieron varias
veces. Querían hacer un trabajo perfecto. ¡Y vaya si lo hicieron!
En
el 91 la premisa era juntar la guita. Y Se armó el grupo. Estaba Pinky,
Chaplín, Tutuca, Chicago, Marcelo Sam. Se propuso hacer una una rifa, después
una cena-show. Pero Angel Perrone dijo: ?hay que pasar una alcancía por la
tribuna cada partido?.
La
cifra no era pequeña: 5000 dólares. El encargado del mangazo generalizado era
Alejandro Zapata. La gente ponía lo que podía. Pero terminó el año y había poco
más de la mitad.Y
fue en el verano del 92 cuando se cocinó la hazaña. Hubo quien puso un cheque
en blanco para completar la cifra, se compró la tela en el Once y se la trajo
en un Mehari despacito por Rivadavia.
La
dispusieron en el playón debajo de la Platea Norte y en tres días la cosieron y
después pintaron el diseño que había imaginado Angel Perrone.Ya
estaba lista y por fin llegó el partido contra Boca aquel glorioso día del que
se cumplen 20 años.
Se
la entró por la Confitería, sin que se dieran cuenta, todos agachados. La
estiraron cerquita del alambrado y cuando salió el equipo se la izó. Los brazos
fortineros ayudaban a levantar y levantar. Fue sorpresa para todos, muy pocos
sabían. La popu de Vélez estallaba, los jugadores miraban asombrados, los
fotógrafos salian corriendo a inmortalizar el momento y los bosteros se querían
matar.
La
sangre de los hacedores corrió más azul y blanca que nunca por sus venas.
Habían sido muchas jornadas de discusión, laburo e ingenio que cobraban vida en
EL trapo fortinero, el que sería testigo de las mayores hazañas, el que lo
viera dar mil vueltas, ganarle a todos, humillar, golear, disfrutar del
privilegio de ser de Vélez.
Ah,
el partido salió 1 a 0, con gol de Trotta de cabeza. La Fortinental nacía con
el pie derecho.
Entrevista
por: Juan Otero
Fotos: Gentileza de Archivos Bonafiglio