Entrada la madrugada del domingo, Vélez dejó en el camino tres puntos valiosos que le impidieron alcanzar la cima de la Zona B. Rosario Central se llevó el partido y ese sentimiento de bronca por la derrota, segunda en el torneo, volvió a aflorar. Sucede que todo traspié deja errores para revisar y mejorar a futuro, pero la desazón se profundiza cuando el arbitraje tiene incidencia directa. Ese fue el caso de Andrés Merlos, quien en distintas acciones condicionó el desempeño del Fortín.
El preludio de la noche tuvo que ver con el homenaje a la memoria del querido Miguel Ángel Russo. Los trofeos de campeón que obtuvo con Vélez en 2005 y con el Canalla en 2023 estuvieron en el campo de juego, acompañados por una imagen de Miguel dando la vuelta olímpica en andas hace 20 años. El respetuoso minuto de silencio se rompió con un estruendoso aplauso de los hinchas velezanos.
El partido comenzó entretenido, con ambos equipos volcados al ataque: Vélez con mayor tenencia de pelota y Rosario Central apostando a la contra. Un cabezazo de Tomás Galván generó una gran respuesta de Jorge Broun, pero el siguiente avance fue de la visita y no perdonó: centro preciso de Agustín Sández y cabezazo en soledad de Alejo Véliz para el 1-0 a los 17 minutos.
Los dirigidos por Guillermo Barros Schelotto siguieron dominando, mientras el Canalla respondía mediante ataques veloces con Ángel Di María manejando las acciones. Recién a los seis del complemento llegó el empate: tiro libre perfecto de Manuel Lanzini por afuera de la barrera, que se clavó en el ángulo para convertirse en un verdadero golazo. 1-1 y a empezar de nuevo.
A partir de allí el equipo creció y parecía que se llevaba puesto a Rosario Central. Un intento de Rodrigo Aliendro se estrelló en el poste, aunque de a poco empezó a crecer el fastidio. El conjunto rosarino hizo mucho tiempo que Merlos permitió, y en esa tónica pasaron por alto varias faltas que no fueron sancionadas en perjuicio del Fortín. Las famosas "chiquitas" que, a la larga, te condicionan, como las dos tarjetas amarillas al capitán Agustín Bouzat y a Braian Romero en la primera etapa, una seguida de la otra.
En tiempo de descuento, un claro brazo de Elías Gómez en el rostro de Emanuel Coronel derivó en un penal cobrado por el VAR. Lo que nunca advirtió Merlos fue que, en esa misma jugada, Agustín Módica se resbaló e hizo caer a Aarón Quirós. Clarísima falta como el mismo penal que tanto el árbitro como el VAR dejaron pasar. Finalmente, Ignacio Malcorra convirtió desde los doce pasos para el 2-1 a los 52 minutos del segundo tiempo.
La bronca se apoderó de todo Vélez, y así se explica la expulsión de Aliendro tras una dura barrida con los pies hacia adelante sobre Sández. Una vez más, el Fortín se sintió perjudicado, aunque eso no invalida que por momentos el equipo tuvo altibajos en la generación de peligro.
Pese al resultado adverso, el grupo mantiene la convicción de que este es el camino. Con actitud, juego y autocrítica, Vélez irá el próximo domingo a Junín con la firme intención de ganar y así estar más cerca de conseguir su boleto a los Octavos de Final del Torneo Clausura.