Excelente comienzo de semana con una noche soñada en Liniers. Hubo que trabajar mucho para revertir un resultado que había amanecido torcido, pero Vélez sacó adelante su entrega y su fútbol para pasar por arriba a Atlético Tucumán. Así consiguió una victoria que refuerza el ánimo y potencia al equipo de cara a lo que viene: segundo puesto en la Zona B, a un punto del líder Riestra, a quien visitará en siete días.

Con las bajas por lesión (Jano Gordon y Manuel Lanzini), sumado a la suspensión de Imanol Machuca y las ausencias de Maher Carrizo y Tobías Andrada en el Mundial Sub 20, el Fortín impuso credenciales de entrada con un juego dinámico de la mano de Matías Pellegrini y Tomás Galván. Era dominio y sometimiento sobre el rival, pero a los 14 minutos Lisandro Magallán dejó corta una pelota y Mateo Bajamich abrió la cuenta para sorpresa de todos.

Rearmarse llevó su tiempo, mucho más ante un rival que se defendió al límite. Los dirigidos por Guillermo Barros Schelotto nunca dejaron de intentar y cuando la falta de claridad en los últimos metros postergaba el empate, apareció el carácter de Agustín Bouzat y Claudio Baeza para apuntalar a sus compañeros. Partidazo de los dos mediocampistas.

A poco de finalizar la primera parte, Braian Romero se despachó con dos golazos. Fue una ráfaga letal en tres minutos. Primero, con un pase certero de Pellegrini para habilitar al goleador y una definición a pura clase picando la pelota ante la salida de Mansilla. Y después, tras una doble pared con Galván, llegó el derechazo del goleador para romper el arco y desatar la euforia. Vélez se iba al entretiempo en ventaja luego de un comienzo fallido.

En el complemento, el rival adelantó líneas y contó con un par de chances de peligro que resolvió muy bien el siempre rendidor Tomás Marchiori. Mansilla no se quedó atrás y le tapó dos fuertes disparos a Romero y Bouzat.

El tercero estaba al caer pero no se concretaba, hasta que con el ingreso de Diego Valdés comenzaron a clarificarse aún más las ideas. El volante chileno tuvo su estreno en el Estadio José Amalfitani y luego de dos intentos fallidos entrando al área, convirtió en la siguiente: pase de Rodrigo Aliendro, control perfecto del Mago y una aceleración a fondo para definir contra un palo. Definición exquisita para el nacido en Santiago de Chile, quien dejó atrás un par de meses duros que por lesiones lo postergaron en vivir lo que esta noche disfrutó como una pequeña revancha.

Ganó Vélez y fue de acuerdo a justicia. Con personalidad y momentos de alto vuelo, se recuperó de la eliminación copera y ya enfoca sus cañones nuevamente al Torneo Clausura.