La apertura del marcador llegó a los 23 minutos con un desvío en contra de Mateo Mendoza tras un centro de Jano Gordon al corazón del área chica. Minutos después, a los 29´ Maher Carrizo amplió con un golazo de tiro libre que se clavó junto apenas por debajo del ángulo y desató el festejo velezano.

El equipo mostró solidez colectiva y eficacia en los momentos clave. Carrizo fue determinante con su pegada y constante desequilibrio, mientras que la presión alta y el orden defensivo neutralizaron los intentos del local. En el origen del 1-0, Vélez hilvanó una buena acción que encontró a Gordon profundo por banda y complicó a la última línea tombina. La jugada la arrancó Rodrigo Aliendro por el carril central. Sin dudas, el Peti fue una de las figuras de la soledada tarde mendocina.

Entre los puntos altos emerge Tomás Marchiori. En su tierra natal, al guardameta lo exigieron poco, pero tuvo intervenciones seguras y en la más difícil a puro reflejo capturó en la línea del arco un desvío venenoso luego de un tiro libre. Por él y por todo el grupo, el equipo sumó su sexto partido (de nueve) en el semestre sin recibir goles.

Párrafo aparte para los primeros 15 minutos de Manuel Lanzini que ingresó en el tramo final del complemento. El talentoso mediocampista había jugado por última vez hace casi dos meses en el Mundial de Clubes. Hoy demostró frescura en sus movimientos, pidió la pelota y cuando pudo aceleró verticalmente dejando muy buenas impresiones.

Con este triunfo, Vélez encadenó otro resultado positivo y se afirma en la pelea grande del Clausura. El Fortín cerró una noche redonda en Mendoza, con oficio para gestionar la ventaja y recursos para lastimar cuando se presentó la oportunidad. 

Ahora, a pensar en Lanús y encarar el partido el próximo sábado como otra final para seguir potenciando las virtudes de un equipo que desea ir por todo.