Uno de los capitanes de este Vélez, con lágrimas en los ojos, le puso voz y sentimiento a un triunfo inolvidable de un equipo que se repuso a todo.

Valentín Gómez vivió un año muy intenso en el que terminó cambiando lágrimas de tristeza por unas de felicidad absoluta.

"El año pasado fue muy difícil y siempre es muy importante remarcarlo. En el medio estuvo lo de la transferencia que no se dio. El club me volvió a abrir las puertas, me recibió de la mejor manera. Por suerte pudimos coronar, porque veníamos de perder dos finales, algo que nos dolió y me dolió mucho. Hasta ayer estaba triste por el partido ante Central Córdoba y por suerte Dios hoy nos regaló esta alegría hermosa", dijo el 31.

También hizo referencia a la gran cantidad de juegos en las que el equipo tuvo que reponerse al cansancio y también a la derrota. "Fueron partidos muy seguidos y eso fue difícil. Es algo a lo que tenemos que acostumbrarnos porque el año que viene jugamos copa. No deja de ser difícil porque el fútbol argentino es muy complicado".

Tuvo que abandonar el terreno tras un fuerte golpe en su cabeza, y entre lágrimas, vivió el desenlace de un torneo soñado. "Me siento bien. Se me perdieron algunas imágenes, pero estoy bien", dijo.