El Fortín no pudo continuar con su andar victorioso y debió conformarse con un empate ante Banfield, en su visita al Florencio Sola. Gusto a poco, teniendo en cuenta el buen rendimiento en gran parte de la tarde noche, pero en 15 minutos donde el rival jugó todas sus cartas, los dos goles de ventaja se difumaron y nada volvió a ser como antes.

Con tan solo la variante de Joaquín García en lugar de Tomás Guidara, Vélez afrontó su sexto compromiso en 22 días. Tras un predominio del local durante los primeros minutos en los que Tomás Marchiori demostró lo importante que sería a lo largo del partido, El Fortín acertó en una combinación ofensiva con tres de sus cuatro cartas de ataque: de Aquino nació un pase perfecto para Romero, quien giró y levantó el centro preciso para la aparición goleadora de Francisco Pizzini. 1-0 en la primera llegada.

Y pudo ser 2-0 en la segunda, sin embargo Thiago Fernández falló un gol increíble al patear sin dirección. Más allá de alguna arremetida del Taladro, la primera etapa se consumió con un Vélez dominante y justo ganador parcial, a través del partidazo que estaban haciendo Bouzat, Aquino y todo el equipo en general, prácticamente sin fisuras.

En el complemento todo cambió. O por lo menos se repartió mucho más el protagonismo. Con la urgencia de su gente, furiosa por el rendimiento de Banfield, parecía que el descuento llegaría rápido, sobre todo a partir del penal que que Dóvalo cobró a favor de Banfield. Ignacio Rodríguez ejecutó la pena máxima como indican los libros en circunstancias complicadas: fuerte y al medio, pero no contó con los rápidos reflejos de Tomás Marchiori quien le tapó el disparo con sus piernas. Arquerazo.

El trámite del encuentro entró en un torbellino en el que Vélez nunca se sintió cómodo, por más que luego del atajadón del guardameta mendocino, Claudio Aquino cargó el botín derecho con el pleno de la calidad que lo caracteriza y marcó un golazo desde afuera del área. El 2-0 daba la sensción de culminar la historia, aunque los dirigidos por Gustavo Quinteros bajaron la intensidad; situación que Banfield aprovechó muy bien y en dos avances claros acertó Bruno Sepúlveda por duplicado para igualar 2-2 y así demostrar que muchas veces en el fútbol nada está definido hasta que termina el tiempo reglamentario.

De la posibilidad de quedar primeros en la Tabla, a permanecer cuartos a dos unidades de la cima. Esos dos puntos que se perdieron en el Sur, y que también pudieron haber sido tres, deberán ser el combustible para encarar el próximo partido en casa. 

Aprender de los errores y superarlos, Fortín de mi vida.