De menor a mayor. Así fue la segunda presentación en Montevideo del equipo que comanda Gustavo Quinteros.

Tras la derrota por la mínima del jueves ante Cerro, El Fortín se presentaba como visita del River charrúa buscando aceitar el andar táctico del equipo con la nueva idea que pretende el entrenador.

Con variantes en el once respecto al estreno, Quinteros le dio descanso a Santi Cáseres para potenciarlo desde lo físico pensando en la Copa de Liga; y le dio cancha a Lenny Lobato en lugar de Bou para explotar las bandas y darle juego centralizado a Braian Romero.

Pero de entrada nomás, el local dio el golpe. En el juego aéreo, Norman Rodríguez anticipó al joven Garzón y mandó de cabeza el balón al fondo del arco fortinero.

El impacto fue breve, porque a loa ocho (dos minutos más tarde) Lenny Lobato se hizo de un rebote y niveló las acciones.

Cerca del final del primer acto, otra vez el equipo de Liniers pegó y dio vuelta el resultado. Valentín Gómez empujó con el pecho el rebote en el travesaño que dio el balón tras un formidable cabezazo de Florentín. Vélez se iba al descanso con la tranquilidad del resultado a favor.

En la segunda etapa, creció el juego asociado y los cambios beneficiaron con frescura en el tramo final. El inquietante Maher Carrizo desniveló por la banda y mando un centro al corazón del area para que Romero, de primera, defina junto a un palo.

Un puñado de minutos antes del final, en una presión alta, Braian habilitó a Lobato y fue el que rompió el arco para cerrar en cuatro a uno la cuenta a favor del Fortín. 

Valentín Gómez con la cinta en el brazo levantó el trofeo que recibió de manos del Rorro López y el equipo festejó con la tranquilidad del deber cumplido.