Con la tranquilidad de sumar minutos y convertir, va tomando confianza, jugando más tranquilo.

Santiago Castro tuvo una noche fantástica que coronó con un golazo, para confirmar un triunfo vital en la lucha por salir de la zona apremiante del descenso.

Tras el encuentro, habló con la transmisión oficial de tele y bromeó por el golpe en la nariz que casi lo deja afuera del segundo tiempo. 

"Me duele un montón. Santi Solari me pidió disculpas. Tenía que aguantar y seguir", remarcó entre risas.

La presión de Nacho Méndez fue vital para capitalizar el error en la salida de De La Cruz y darle la pelota redonda. Santi sabía lo que tenía que hacer y tras la exquisita ejecución, salió a treparse a lo más alto del alambre en un desahogo cara a cara con el hincha. "Giré y le pegué. Cuando vi que entró fue una explosión de locura. Creo que se notó porque me colgué en el alambre. Después pensé en que no me podía manchar la camiseta porque sino tenía que cambiarla de nuevo".

Sobre si este juego era importante porque todos los rivales directos habían igualado, Castro fue claro al responder que "todos los partidos son especiales, sea el rival que sea. Hay que salir a ganar en todos lados, sea de local o visitante porque tenemos que ganar".

Para el final y ante la consulta si lo sorprendió el rendimiento del conjunto de Demichelis, Santi apuntó que "trabajamos mucho en la semana para que River no juegue porque es el mejor equipo de la Argentina, por jerarquía, por plantel. Gracias a Dios pudimos plasmar lo que trabajamos y dejamos todo para llevarnos los tres puntos de local".