
Fútbol
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El hincha fortinero copó Río, tiñó de azul y blanco las playas de Copacabana y se rompió la voz en el Maracaná para acompañar en agradecimiento al equipo. La copa que ganamos en la tribuna.
El hincha fortinero copó Río, tiñó de azul y blanco las playas de Copacabana y se rompió la voz en el Maracaná para acompañar en agradecimiento al equipo. La copa que ganamos en la tribuna.
Vélez llegó a semifinales de Libertadores, metiéndose entre los cuatro mejores equipos del continente después de 11 años. Una situación sin dudas merecida, sufrida y lograda por este grupo de jugadores entre experiencia y juventud, acompañados por el Cacique Medina.
Sin dudas uno de los protagonistas fuerte en esta historia fue el hincha. Vital para copar el Gran Parque Central y empujar con el aliento desde las gradas al equipo en busca de ese gol agónico de Máximo Perrone que le dio vida a la ilusión.
En cada partido en el Estadio José Amalfitani para regalar un marco siempre ejemplar, con globos, humo de colores, y en cada nueva cita, un mosaico a la altura de la grandeza del club.
No iba a ser la excepción la vuelta de semifinales. Por más que el resultado en la ida golpeó la ilusión, el hincha velezano agotó pasajes y entradas vistiendo de azul y blanco todo Río de Janeiro.
Desde unos días antes, las playas de Copacabana parecían las calles de Liniers y alrededores con tanto Vélez dando vueltas. Así, casi cuatro mil personas se desgarraron la garganta en el mítico Marcaná para ofrendar su gratitud para un plantel que le devolvió la ilusión.
Orgullo de propios, admiración de ajenos; todos revoleando sus casacas por más que el resultado global se hacía inalcanzable.
Vos fuiste. Ahora BUSCATE en el Maracaná.