Vélez la pasó mal en la noche de Avellaneda. Los dirigidos por Alexander Medina no pudieron torcer el rumbo errático que los acompañó desde el inicio del torneo y volvieron a caer sin atenuantes.

El Fortín fue una sombra de lo que seguramente pretende su entrenador, porque la rotación impuesta por el Cacique en el once inicial no dio resultados y el equipo padeció el encuentro desde el primer minuto y hasta el entretiempo.

Si bien el encuentro fue áspero y con pocas emociones frente a los arcos, Racing presionó e impuso condiciones, porque no le sobraron ocasiones de gol, pero obligó a la visita a replegarse y tener que correr siempre desde atrás. Los de Liniers nunca estuvieron cómodos en esos minutos de partido y el arquero Gómez no tuvo sobresaltos en toda la etapa. 

Recien en el epílogo del primer tiempo hubo dos aproximaciones, con un remate cruzado de Agustín Bouzat y un tiro débil de Lucas Janson. Muy poco para un equipo que se fue en desventaja al descanso con total justicia.

El segundo tiempo no fue muy distinto, porque si bien el local se replegó y Vélez adelantó sus líneas, los ataque nunca llegaron a comprometer al fondo académico. Los ingresos de Lucas Pratto y Luca Orellano contagiaron otra impronta a la ofensiva, pero lejos estuvieron de llevar peligro o poner en riesgo el marcador. Apenas un cabezazo desviado de Joel Soñora y una volea mordida del Oso fueron las situaciones que contabilizó el equipo en el complemento.

Otro pobre comienzo de torneo para El Fortín, que no encuentra el camino futbolístico y acumula resultados negativos. El lunes ante Central, habrá una nueva chance de poner primera y olvidar rápidamente la jornada vivida en el Cilindro.

Borrón y cuenta nueva, porque la dinámica del calendario así lo exige, Vélez se juega mucho en las próximas semanas y necesita dar señales urgentes para ilusionarse con revertir este decepcionante arranque de temporada.