Durante la noche de San Juan, se produjo un hecho histórico. El entrenador que hizo debutar a su hijo, como en otras épocas ocurriese con Carlos Ischia y Junior, como José Oscar Flores y Tiago.

Mauricio Pellegrino mandó a la cancha a Mateo a poco del final y con la necesidad de buscar un empate ante Banfield que lleve la definición a los penales. Ingresó en reemplazo de Lucas Janson y se paró como referencia de área, retrasando al también ingresado Tarragona como segundo punta.

El alto y aguerrido delantero, goleador en inferiores y reserva, mostró su temperamento en pedir todas, luchar contra los centrales y ser una referencia de área, que encontró Joaquín García con un centro desde la derecha.

El hijo del Flaco Mauricio llegó en 2018 a Vélez luego de acompañar a su padre por donde mandara el trabajo. La Academia del Inter de Milán, el Valencia de España y una Escuela de Fútbol en Inglaterra, fueron el derrotero hasta su arribo al Fortín.

El nacido en 2001 tuvo la oportunidad de mostrarse más allá de apellido. Se convirtió en el jugador número 11 en debutar en la Era Pellegrino. 

Como en aquella entrevista donde juró "trabajar para que el padre lo tenga en cuenta". Hoy tomó el primer sorbo en la máxima categoría.