Haber formado parte del proceso anterior, le daba la pauta que el debut estaba cerca. Y mucho más cuando Mauricio Pellegrino lo tuvo en cuenta desde su arribo. Fueron pasando los amistosos y en todos sumó minutos. También goles. La gran cita con la que soñó toda su vida se aproximaba a gran velocidad.
Es que así fue viviendo su carrera en los últimos años. Claro que pensando, sin apurarse, culminando sus estudios en el Instituto Dr. Dalmacio Vélez Sarsfield y viviendo en la pensión del Club.
Un día, ese jugador de su misma camada que lo "tapaba" un poco en Inferiores, Thiago Almada, subió a plantel de Primera en 2018 y a Facundo Cáseres se le abrieron los espacios. Empezó a jugar más y fue una de las figuras en aquel año de Sexta División donde junto a sus compañeros llegaron a ambas finales.
Luego, con edad de Quinta, el año pasado se presentó en Reserva y por supuesto que llegaron los goles, producto de ser un futbolista que siempre busca pisar el área rival.
Hoy ante Huracán, tuvo su bautismo de fuego en el Estadio José Amalfitani y completó 64 minutos en donde asistió a Guido Mainero en la jugada más clara del primer tiempo y luego en el complemento, tuvo un remate a gol que le tapó muy bien Facundo Cambeses. De menor a mayor, mostrando su pausa característica, así se mostró el jugador nacido en Arteaga (Santa Fe), un 28 de mayo de 2001.
Un nuevo Cáseres llegó a la Primera de Vélez. No hay lazos familiares con los hermanos Santiago y Ramiro, pero sí una misma manera de ver el fútbol: calidad en sus movimientos, pelota al ras del piso y cabeza levantada.
Bienvenido, Facundo. Siempre lo mejor está por venir.