Con la mediación periodística de Álvaro Norro, la presencia del Presidente Sergio Rapisarda y el Mánager Pablo Cavallero se dio la bienvenida al flamante entrenador del Fortín.

Fue Rapisarda quien abrió el juego y le dio la bienvenida al ídolo que hoy se pone la pilcha de DT. “No fue difícil la elección del técnico. Los valores y los principios que él tiene ya los conocíamos, porque es un entrenador de la casa; sumados a su experiencia y a su docencia. Tuvo mucho que ver su ADN velezano, ya que cumple con el circuito perfecto: pensión, inferiores, primera, Campeón de América y del mundo, se va al Barcelona, su carrera como entrenador, los títulos. No tenemos dudas que es la persona indicada. Con Mauricio vamos a seguir creciendo”.

También Cavallero saludó a quien tuvo de compañero, no solo de equipo, sino además de cuerpo técnico en varios de los destinos por los que los llevó el fútbol. “Siempre tuve una comunicación constante, aún después que dejamos de trabajar juntos. Más allá del aprecio y la admiración que le tengo, lo siento como un hermano. Una vez que surgió esta posibilidad era el indicado, no había mejor opción que esta. Estamos en un momento único, esperando que se reanuden los entrenamientos para que se haga cargo de plantel”.   

De arranque nomás, el Flaco de Leones no escondió su inmensa felicidad de volver al club que lo vio nacer en el fútbol. “Siento un orgullo muy grande de ser el entrenador del primer equipo. Tengo muchas sensaciones encontradas, muchas ganas de empezar, aunque esta situación nos hace estar a todos en casa. Es una gran responsabilidad porque Vélez en mi vida es un club muy importante. Todos saben lo que significa para mí y por eso es un gran desafío personal. Tuve que trabajar muchas cosas a nivel interno porque este es un lugar al que quiero mucho y lo quiero cuidar. Quiero vivir esta posibilidad y disfrutarla. Voy a aprender y a desafiarme a mí mismo ante esta posibilidad”.

En más de una oportunidad su nombre estuvo ligado a Vélez como uno de los candidatos a sentarse en el banco del Estadio José Amalfitani. Hoy esa chance se hizo realidad, en una coyuntura de incertidumbre por la pandemia global por Coronavirus. Sin embargo para Mauricio todo tiene que ver con lo que cada uno lleva escrito en su vida. “Los momentos no se eligen, se dan. Creo mucho en el destino. Siempre deseé esta posibilidad, pero no sabía cuándo iba a suceder. Los entrenadores dependemos mucho del club y los profesionales que tenemos, porque solos podemos hacer poco. Vélez es un club de élite, muy importante en nuestro fútbol. Es un doble desafío para mí desde lo personal y profesional”.

“Necesitamos competir y armar un equipo para ganar. Mi rol es tratar que la gente se sienta identificada con los futbolistas que tenemos”

Ante la consulta de Álvaro sobre las diferencias entre el Pellegrino que se fue allá por el 99 y este que regresa, el Flaco sostuvo que “Cambiaron mucho las épocas, pasaron más de 20 años desde que me fui. Vélez se fue modernizando a los nuevos tiempos y yo también soy otra persona. Me fui jugador y hoy soy una persona que ama el fútbol, un padre de familia y con un rol diferente. Lo único que no cambió es el cariño que siento por el club”.

Sobre el plantel con el que se encontrará en la Villa Olímpica, remarcó que le gusta “porque tiene en su mayoría jugadores que vienen de las inferiores y ha sumado gente que le aportó experiencia y calidad. Tiene ese mix que siempre tuvieron nuestros equipos. Es un plantel competitivo y me gustaría seguir por esa línea que es la marca de Vélez”.

Para el final y habiendo nombrado a cada una de las personas que integrarán su grupo de trabajo, el Flaco destacó a la institución del resto y dejó un deseo para su estadía en el club. “Vélez se convirtió en un ejemplo en los últimos años. Hoy el capital más grande que tiene el fútbol son los futbolistas. Somos los que tenemos que pulir ese producto para salir a competir. Ojalá pueda ayudar a este proyecto”.

Bienvenido a casa, Mauricio.