Fútbol

Hasta siempre, Toto

No hay Campeones del Mundo sin Maestros que los formen y Salvador Calvanese fue quien formó a los que jugadores que nos regaron de gloria eterna. Se nos fue el Toto, y su legado en Vélez perdurará toda la vida.

Nacido un 17 de agosto de de 1934, Salvador Calvanese se crió en el barrio porteño de Lugano. Toto, como lo llamaron de chico sus padres, no necesitó formarse en Vélez para cumplir su sueño de ser futbolista profesional. Su idilio eterno con el Club, con el que se dieron todo mutuamente, empezó mucho después, en 1982, ya retirado y con el buzo de DT.

Previo a su arribo al Fortín, había paseado sus goles como delantero en Ferrocarril Oeste Atlanta donde es recordado por ganar la Copa Suecia en 1958 junto a jugadores de la talla de Luis Artime y Mario Griguol, entre otros, y dirigido técnicamente por otro velezano de raigambre educativa como él, Don Victorio Luis Spinetto. A comienzos de la década del 60 fue transferido al fútbol italiano y vistió las divisas del Genoa, Catania y Atalanta, hasta que emprendió su vuelta a la Argentina.

Impulsivo, cabrón, de un carácter muy fuerte pero siempre dentro del marco que otorgaba ser buena persona. Muy escuchado por sus dirigidos con ese vozarrón que lo distinguía. Si Vélez es el único Campeón del Mundo que entre su XI titular tiene a 7 jugadores formados en sus Divisiones Inferiores es porque el Toto algo tuvo que ver. O bastante, para pulir los diamantes en bruto que nos obsequiaron una vitrina repleta de copas.

Calvanese formó parte de una camada de notables al servicio de los más chicos. Él, junto a Victorio Spinetto, Héctor Berra o el Profe Alfredo Jesús Pocho Blanco, dedicaron fervientes horas de sus vidas para educar futbolísticamente y como personas a los Christian Bassedas, Marcelo Gómez, Héctor Almandoz, Raúl Cardozo, José Oscar Flores y tantos más. Incluso los más jóvenes de aquellos dorados años, Guillermo Morigi, Patricio Camps o Martín Posse, hasta el día de hoy, cuando lo cruzaban por la Villa Olímpica, se fundían en un fuerte abrazo por tanta vida explicada con detalles y pasión.

Se nos fue Toto. A sus 85 años y con ese humor tan lindo con el que encabezaba sus charlas con todo aquel que quisiera aprender de fútbol. Hasta sus últimas horas, previo a la internación que desencadenó en su deceso, siguió de cerca las Divisiones Juveniles. Con su ojo clínico participaba en el proceso de selección de jugadores e incluso era fuente de consulta por los entrenadores. Y si algún pibe necesitaba alguna palabra de aliento o contención, ahí estaba Salvador Calvanese para robustecerlo en confianza. 

Su historia con Vélez tuvo punto de partida y aunque hoy ya no esté junto a nosotros, jamás tendrá un final. Ese Tano cabrón pero humilde, sano, y con la emoción a flor de piel, seguirá sobrevolando las canchas de la Villa Olímpica porque desde su llegada al Fortín, nada fue igual que antes y desde su impronta como formador, cambió la vida futbolística del Club para siempre.

Sus restos serán velados hoy de 18 a 23hs en Vélez, ingreso por Juan B Justo 9200. Mañana su cuerpo será trasladado al Cementerio de la Chacarita donde 11:15hs se oficiará un responso en su memoria dentro de la Capilla.

Hasta siempre, Toto querido.