Con el fin de homenajear al corajudo marcador central, la Superliga Argentina de Fútbol dispuso que en los 12 partidos de la 3ª fecha los capitanes de los equipos le rindieran tributo a José Luis Brown, tras su reciente fallecimiento.

Los capitanes ingresaron al campo de juego con dos camisetas. Una debajo, la que utilizaron para jugar el encuentro, y la otra arriba de ésta, con un agujero (que simule haber sido roto), imitando a la histórica camiseta usada por José Luis Brown en la final del Mundial del ’86.

Durante el minuto de silencio previo al comienzo del partido, Lautaro Acosta, por el lado de Lanús, y Lautaro Giannetti, por Vélez, se juntaron en el centro del círculo central, y colocaron el dedo pulgar de la mano derecha en el agujero de la casaca, en la típica postura con que el legendario zaguero continuó disputando la final del ´86.

Las camisetas alusivas fueron firmadas por los jugadores de ambos conjuntos y serán entregadas a la familia del ex central de Estudiantes, como reconocimiento a aquella conducta inolvidable en defensa de los colores albicelestes.

Representando a la Selección Argentina en la final de la Copa del Mundo México 1986, contra el seleccionado alemán, el Tata sufrió una lesión en su hombro derecho. Sin intención de ser reemplazado, el back mordió su camiseta para agujerearla y poder colocar su pulgar derecho en el hoyo improvisado, y así evitar que el brazo le quedara colgando. En estas condiciones jugó hasta el final del encuentro. Y no sólo eso: también hizo un gol. La Selección Argentina se consagró campeona del mundo venciendo a la de Alemania por 3-2. La imagen de Brown, haciendo uso de este recurso para continuar en el cotejo, se volvió una de las síntesis más citadas en el mundo de la garra argentina cuando de fútbol se trata. Grandes leyendas internacionales la tomaron como ejemplo para superar situaciones límites. Esa foto será inolvidable para los todos los hinchas del fútbol argentino. Y revivir ese momento, con el protagonismo de los actores de hoy, significa un tributo para despedir a una persona que dejó una huella en la gloriosa historia del deporte más popular entre los argentinos.