Firmar el primer contrato con el club que te formó equivale a ingresar al profesionalismo, con todo lo que ello confiere. Y a la espera de seguir creciendo, en la tarde del viernes dieron un gran primer paso tanto Matías Borgogno como Rodrigo Cáseres: Estamparon su firma por tres años, con vigencia hasta el 30 de junio de 2021.
Matías Nahuel Borgogno ( 21-8-1998) nació en San Francisco, Provincia de Córdoba. Desde allí llegó en 2013 a Vélez a ganarse un lugar bajo los tres palos aunque no fue tarea fácil. Trabajando duro, al año siguiente ya era titular en Sexta, sin embargo, a fin de temporada una seria lesión en una de sus rodillas lo alejó de las canchas por siete meses. Volvió más fuerte que antes y con grandes actuaciones, ya con edad de Cuarta, comenzó a ser considerado en Reserva. El 2018 lo inició con buenas noticias: Entrenando con el Selectivo y con la cinta de capitán de la Reserva en su brazo izquierdo. Desde marzo se sumó a practicar con el primer equipo e incluso tuvo la oportunidad de integrar el banco de suplentes ante San Martín de San Juan, en la pasada Superliga.
Rodrigo Cáseres nació el 29-8-1997 en Laboulaye, también en la Provincia de Córdoba. Al igual que Borgogno, 2013 fue su año de arribo al Fortín tras mostrarse en Central Córdoba de su ciudad natal. Un portento considerable como primer marcador central (mide 1,93 m.), sumado a su gran juego aéreo, fueron sus cartas de presentación. Como a la gran mayoría de los jugadores de pensión, le costó consolidarse en su categoría más aún con defensores que hacía rato venían jugando juntos. Tras 25 partidos en Reserva y excelentes producciones a partir de Quinta División (2015), empezó a ser considerado cada vez con mayor frecuencia por los distintos entrenadores que lo formaron en la cantera fortinera.