Fútbol

La Revancha del Centenario

Con motivo de los festejos del Centenario, el 1° de Diciembre de 2010, se reeditó la final de Japón en el Amalfitani. Los Campeones del Mundo de Vélez se enfrentaron ante el Milan Glorie con muchas de las figuras del rossonero de aquel 94. Volvió a ganar el Fortín 1 a 0, con gol del Rifle Pandolfi.

Duelo de capitanes. Dos referentes de cada institución. Roberto Trotta, ídolo y caudillo de Fortín; y Franco Baresi, il capitano rossonero y toda una leyenda. Hubo festa en Liniers.
Con motivo de los festejos del Centenario, el 1° de Diciembre de 2010, se reeditó la final de Japón en el Amalfitani. Los Campeones del Mundo de Vélez se enfrentaron ante el Milan Glorie con muchas de las figuras del rossonero de aquel 94. Volvió a ganar el Fortín 1 a 0, con gol del Rifle Pandolfi.

Cerca de las 21 horas y con un marco del estadio José Amalfitani que terminó cobijando a 30.000 almas velezanas, dio inicio al partido más esperado. Allí el público presente sacando del armario del recuerdo aquella casaca con la que vistió sus sueños de Campeón del Mundo, para asistir nuevamente a una cita con la historia. La revancha eterna, esta vez en conmemoración a los cien años del club y a beneficio de entidades de bien público como lo desea el conjunto italiano. Con la lluvia de papelitos azules y plateados que bañaron el verde césped, el estruendo sinfónico de los fuegos de artificio en el rito de coronación de entonces, se abrieron paso los capitanes. Roberto Luis Trotta, por un lado. Franco Baresi, por el otro.  De a uno se abrían paso las grandes glorias del fútbol mundial para ponerle cuerpo a una celebración que excedió ganándole por goleada y sin dudas a la imaginación.

 

Allí estaban Vélez y el Milan. Como hacía 16 años. Lejos de aquella contienda intercontinental. Bien cerca de la celebración mutua sin rivalidades más que las que encerraron estos poco más de sesenta minutos de juego. El Fortín luciendo la casaca dorada de gala para la cita impostergable. El conjunto rossonero vistiendo el clásico modelo de bastones finitos respondiendo a los diseños de su historia. Con el gran Virrey de Liniers; sí, Carlos Bianchi en el banco de Suplentes junto a su grupo de colaboradores que hicieron grande desde su lugar a la historia del club. Carlos Ischia, Julio Santella, hasta Osvaldo Piazza estuvo presente. José Luis Félix Chilavert también presente y posando en la formación inicial sin querer perderse nada de lo que le deparaba la noche. Todos y cada uno de los que se vistieron de gloria para no perderse ni un detalle de la fiesta.

 

Salvo por esa ausencia sabida de Chilavert en el arco, Bianchi no pudo repetir en su totalidad la misma formación de aquel 1º de diciembre de 1994, dieciséis años después. En su lugar estuvo Juan Carlos Docabo.

 

Así entonces, el Vélez Glorias vestido de dorado formó en el arranque con Juan Carlos Docabo; Héctor Almandoz, Roberto Trotta, Víctor Hugo Sotomayor y Raúl Cardozo; José Horacio Basualdo, Marcelo Gómez, Christian Bassedas y Roberto Pompei; José Oscar Flores y Omar Andrés Asad. Más tarde ingresaron los relevos con los que contaba Bianchi en el banco de suplentes como Patricio Camps, Flavio Zandoná, Cecilio Galeano, Pablo Cavallero, Claudio Husaín, Carlos Compagnucci, Fernando Pandolfi, Marcelo Herrera y Fabián el Pícaro Fernández. Un lujo de plantel.

 

Por parte del Milan Glorie estuvieron en la alineación inicial Dida; Cafú, Franco Baresi, Alessandro Costacurta y Christian Panucci; Roque Júnior, Stefano Eranio, Mario Bertolazzi y Serginho; Andrés Guglielminpietro y Danielle Massaro. También presentando como variantes a Ángelo Carbone, Maurizio Ganz, Simone Braglia, Giampietro Maini, Stefano Nava, Pietro Vierchowod y el argentino José Antonio Chamot.

 

El encuentro contó con el destacado arbitraje del ex arbitro internacional y mundialista en Alemania 2006, el Señor Héctor Elizondo; quien recibió una plaqueta conmemorativa en el entretiempo por parte de la Comisión Directiva por su destacada trayectoria en el arbitraje.


Minuto 29 del segundo tiempo, a segundos del cierre y penales. La jugada se barajó de izquierda a derecha y encontró el delicado botín de Pandolfi. Éste se mandó en diagonal para encontrarse con el Turu Flores que en uno de sus enganches dentro del área lo dejó al Rifle de cara al arco para despachar un zurdazo cruzado y salir a correr por la noche del Amalfitani reafirmando la grandeza y esta especie de paternidad con el conjunto italiano. Vélez volvía a ganarle al Milan, tanto tiempo después. Delirio de la gente que acompañó durante todo el partido con las canciones noventosas que fueron la banda sonora de aquellos años dorados. Final del partido. Arriba Vélez como en toda su historia.

 

Allá van a abrazarse y confundirse nuevamente las camisetas rayadas y de V dorada. Allí van uno arriba del otro a ofrendar una nueva victoria de cara a su gente. Acá desparramados por el suelo del Amalfitani para la clásica foto reeditada de la velada japonesa. Todo en sintonía perfecta con el pasado, en el perfecto idioma del ayer.


Carlos Martino

@martineta16