Las noches en Amalfitani últimamente están teniendo ese no se qué...es como que un halo de esperanza muy bien sostenida con entrega total brota en el último tramo de un partido, para que Vélez vaya y lo gane. No será siempre así, pero mientras tanto vale la pena sufrir para disfrutar cada victoria agónica como si fuera la última. Y de esa manera generar un extasis total que abraza a toda la familia fortinera para volver a casa más que felices.

Para disfrutar de esa alquimia hubo que jugar un partido con los dientes apretados. Instituto no regaló nada y le minó de problemas el camino a Vélez, que encima sufrió la temprana salida de Valentín Gómez por un golpe en su hombro. No fluyó el juego, el partido se volvió muy disputado en cada pelota, aunque los dirigidos por Gustavo Quinteros nunca se achicaron y fueron para adelante en todo momento, incluso cuando la efectividad en los pases estuvo declive.

La primera etapa no ofreció mayores chances de peligro más allá de un disparo de Brian Romero que se fue cruzado y un cabezazo de Claudio Aquino que por poco no fue gol. Asimismo, el rival contó con un remate de Damián Puebla que Tomás Marchiori despejó al córner. Costaba encontrar claridad y así ambos equipos se fueron al descanso.

En la segunda mitad, la Gloria adelantó sus líneas y en una pelota parada que Silvio Romero cabeceó al gol, apareció el manotazo salvador de un GIGANTE Marchiori para ahogarle el grito; sin dudas la atajada de la noche. No quedaba otra posibilidad que arremangarse y seguir yendo hacia adelante, una característica que define a este Vélez que nunca deja de creer.

Así fue como a 10 minutos del final, Aquino frotó la lámpara y de su pie derecho salió un córner perfecto: Elías Gómez saltó más alto que todos y de cabeza desató la euforia con un testazo de pique al suelo imposible de detener para Manuel Roffo.

Premio mayor a la perserverencia y el convencimiento. Con sus herramientas, Vélez no detiene la marcha triunfal y sumó tres puntos claves que lo dejan en la cima de la Zona 1 a tres fechas del final.

Ahora vendrá un parate de 15 días por Fecha FIFA y a la vuelta, a seguir soñando despiertos, porque este Fortín saber responder a los problemas que plantea su rival y con paciencia logra lo que se propone: se está gestando como un cuadro confiable que sabe lo que quiere y a lo que apunta.

¡A seguir así, Vélez Sarsfield!