Porque muchas veces insistir todo el tiempo tiene su premio, Vélez volvió a cantar victoria en los últimos minutos de la noche de Liniers. Por supuesto que costó, pero con la misma dósis de entrega total y convicción para llevarse puesto a su rival, el equipo sacó adelante un partido dificilísimo para ubicarse momentáneamente en el Top 4 de la Zona A.

Luego de los empates ante Tigre y Atlético Tucumán, había que dar una mayor respuesta en casa en pos de retornar a la senda triunfal. Vélez arrancó decidido, con mucha movilidad de Christian Ordoñez y Agustín Bouzat más un Claudio Aquino que las pidió todas y en base a su gambeta buscó habilitar a Francisco Pizzini y a Rodrigo Piñeiro, quien justamente tuvo una de las chances más claras tras definir a las manos de Jorge Broun. 

Como el conjunto rosarino cerró muy bien sus filas, costó bastante entrar por abajo. Así fue que El Fortín intentó con disparos de media distancia, por caso uno de Aquino que se fue cerca de la valla rival. Rosario Central, por su parte, jugó lejos del arco de Tomás Marchiori quien prácticamente no tuvo trabajo durante los 90 minutos.

Pese a las sanas intenciones de pararse en campo rival, Vélez se fue al entretiempo sin poder abrir el marcador. De igual forma comenzó el complemento, pero a diferencia de los 45 iniciales la intensidad fue otra. Y a partir de los ingresos de Lenny Lobato y Álvaro Montoro, mucho más.

Ordoñez y Aquino siguieron probando de media distancia sin mayor suerte, y los cabezazos de Elías Gómez y Brian Romero se fueron altos. Pasaban los minutos y el gol no llegaba, sin embargo el equipo jamás se resignó y siguió buscando ante un rival que se refugió cada vez más en su campo.

A falta de 4 minutos para el cierre los pibes del Club empezaron a pergeñar la victoria. Ordoñez tomó la pelota y tras descargar en Joaquín García jugó de primera para Montoro, quien tras intentar una gambeta prefirió buscar a Pie de ángel; Aquino paró el balón y levantó un centro perfecto que a la carrera cabeceó rumbo a la red Abiel Osorio. El Tanque ganó en tierra de gigantes liderada por Juan Cruz Komar y Facundo Mallo, a quien terminó anticipando con un testazo que dejó inmóvil a Fatura Broun. Golazo y euforia, una vez más en el mismo arco y sobre el epílogo.

Así fue que los dirigidos por Gustavo Quinteros sumaron su cuarta victoria en la Copa de la Liga y estiraron el invicto a siete partidos. Ganaron porque creyeron y fueron a buscar lo que tanto anhelaron desde un primer momento, con una pilcha hermosa de estreno y para alegría de todo el pueblo fortinero.