El Fortín dejó pasar una inmejorable oportunidad para meterse en el Top 4 de la Zona 1, situación que le hubiera permitido no solo palpitar una posible clasificación a la siguiente instancia de la Copa de la Liga, sino también acceder momentáneamente al grupo de los equipos que están logrando entrar a la Copa Sudamericana.

Todo se desvaneció en un puñado de minutos: el tiempo necesario para que Tigre empate, y después faltaron mejores ideas para volver a la victoria. De un tiempo a otro, Vélez ofreció dos caras completamente distintas y lo terminó pagando muy caro.

Los dirigidos por Gustavo Quinteros demostraron una clardad superioridad en la primera etapa, la cual puede analizarse por la gran eficacia mostrada en el arco rival (dos goles en cuatro acciones de peligro) y un deteriorado rendimiento de Tigre, conjunto que con el correr de los minutos se fue desdibujando sin ningún tipo de reparo.

A los 11 minutos Francisco Pizzini marcó el 1-0 tras una excelente acción colectiva: pase profundo al área de Bouzat para Piñeiro y Loli, de primera, habilitó a Pizzini que había empezado por izquierda la jugada y la culminó con un tiro cruzado que agarró a contrapierna a Tagliamonte. 

La ventaja se amplió a los 26´ a través de un balón largo de Jara que se terminó llevando Ordoñez ante la endeble marca del central Adorno; Christian habilitó Braian Romero, quien ser perfiló y definió bajo para el 2-0.

El Estadio José Amalfitani era una fiesta y se aguardaban más goles, sin embargo un cabezazo de Piñeiro fue muy bien desbaratado al córner por el arquero rival. Al descanso se fueron ambos conjuntos con una clara autoridad en el juego y en el marcador por parte del local.

Sin embargo, la segunda etapa fue otro partido completamente distinto. Tigre, pese a estar herido, logró rápido acertar el descuento y después el empate entre Martín Ortega y Ezequiel Forclaz, respectivamente. En siete minutos las fallas en el retroceso y una floja salida desde el fondo, dinamitaron lo hecho en la primera mitad. 

Los cambios esta vez no entraron bien y más allá de alguna acción aislada como un remate de Aquino que se fue cerca o un disparo de Lobato que se estrelló en el horizontal, Vélez se vio superado por un Matador que siguió llegando con peligro al área de Tomás Marchiori, incluso a través de un gol anulado por estar en posición adelantada Sebastián Medina.

Final preocupante, sin la decisión de ir en busca del triunfo como venía mostrando y con más dudas que certezas, ante un adversario que llegó a Liniers con un punto de 18 y ningún gol a favor.

A levantarse en Tucumán, Fortín. Que lo de hoy haya sido solo la bronca por perder dos puntos, pero que a su vez permita volver con mayor carácter a la senda mostrada en las últimas fechas. Por supuesto que hay con qué para lograrlo.