Y depués de tanto sufrir, la alegría por aferrarse a la máxima categoría del Fútbol Argentino no tiene precio. Se festeja con desahogo profundo el hecho de "seguir" en Primera, sin embargo la agonía duró al menos 14 finales de las cuales hubo de todo entre victorias que costaron mucho sumar y fallos arbitrales que condicionaron demasiado el andar en la Copa De La Liga. 

El triunfo ante Colón, en medio de un Estadio Amalfitani colmado, le regaló al hincha fortinero la mayor alegría fútbolística de 2023: permanecer en la categoría que nunca más Vélez deberá dejar. Al menos, por los próximos 80 años. Y a partir de ahora, potenciarse para volver a pelear arriba.

La tarde en Liniers atravésó distintos sentimientos. Desde la incertidumbre previa, pasando por el éxtasis total en cada gol, los nervios en los contados avances del rival y por supuesto, la alegría en su punto cúlmine cuando el árbitro Ariel Penel marcó el final del partido.

A los 15 minutos abrió la cuenta Santiago Castro para empezar a llevar calma. Córner corto que jugaron Elías Gómez y Claudio Aquino, habilitación para Leonardo Jara que eyectó la pelota con furia al corazón del área, aunque en el camino se desvió en el Toto para que ingrese al ángulo superior izquierdo, imposible para Matías Ibañez. Vélez ocupó muy bien los espacios y lo dejó sin respuestas a un Colón que solamente atinó a buscar el área fortinera con envío largos. 

Previo a que finalice la primera etapa, a los 40 llegó un nuevo impacto. Tras un tiro de esquina fallido del Sabalero que incluyó un pésimo retroceso, Aquino y Brian Romero empezaron a avanzar con espacios a pura velocidad; el atacante se metió en el área y esperó el momento justo en pos de cederle el balón a Valentín Gómez, quien abrazó la jugada y definió cruzado para el 2-0. Desde los cuatro costados de un exultante Amalfitani, tronó ese grito de gol sagrado que tanta tranquilidad generó.

Ya en la segunda mitad, la historia no cambió demasiado. El golazo de Claudio Aquino desde poco más de 20 metros le dio el marco perfecto al desenlace, aunque cinco minutos después con el descuento de Javier Toledo volvió a decir presente la tensión. Es que ni siquiera ganado 3-1 Vélez pudo estar tranquilo por miedo a perder lo que había conseguido. Sin duda alguna, un claro ejemplo de lo que es pelear el descenso hasta la última fecha.

Con el resultado consumado, Liniers se vistió de fiesta. El sentir de todo el estadio fue emocionante, un ejemplo contundente de entrega y compromiso por parte de los socios e hinchas. Y adentro de la cancha, emoción plena de todo el plantel con el reconocimiento a Lautaro Garzón, Lautaro Giannetti y Sebastián Méndez en andas subidos por sus compañeros; cada uno experimentando distintas circunstancias: el joven arquero que le puso el pecho a un momento bravísimo, el Capitán que jugó como un Campeón antes de marcharse y el hombre que dejó todo y volvió a su casa en el momento que más lo necesitaron.

Ganó Vélez y sepultó su angustia, apoyado por una multitud que festejó a lo grande y sueña con volver a pelear Campeonatos y nunca más por no descender.