El Fortín volvió a caer en la Copa de La Liga y nuevamente fue en condición de visitante, una circunstancia que durante el año se repitió varias veces y hoy en día se volvió a una pesadilla. En los inicios de cada tiempo, Huracán pegó primero y cerró la goleada sobre el final para que Vélez sume otra caída de las que duelen. Y cada vez más.

Corría dos minutos de juego cuando luego de una serie de rebotes y rechazos donde la pelota volvía siempre en poder de Huracán, Rodrigo Echeverría habilitó a Matías Coccaro y el uruguayo definió entrando al área entre las marcas de Lautaro Giannetti y Elías Gómez que no pudieron evitar el 1-0. El partido arrancó mal y el 1-0 condicionó por completo el ánimo y la entrega de todo el equipo.

De a poco Vélez pudo recuperar terreno y comenzó a pararse en campo rival. Por primera vez en la noche, buscó el arco de Lucas Cháves recién a los 25 minutos a través de un disparo desde afuera del área de Santiago Castro que contuvo muy bien el guardameta, quien volvió a responder con solvencia a los 38´ ante un intento de Francisco Pizzini que buscaba el primer palo. Sufriendo el partido, sin poder hacerse dominador absoluto, El Fortín se fue al entretiempo con mucho por cambiar. Sin embargo la historia se tornaría mucho peor.

Sebastián Méndez introdujo tres variantes en el incio de la segunda mitad: Tomás Guidara y Miguel Brizuela sustituyeron, respectivamente, por lesión a Leonardo Jara y a Valentín Gómez por una cuestión táctica, al igual que el ingreso de Nicolás Garayalde en lugar de Yeison Gordillo. De todas formas, nada cambió porque al minuto Coccaro recibió solo en el vértice izquierdo del área grande, sacó un remate que rebotó en Giannetti y se coló por el primer palo descolocando a Gastón Gómez. Gol en contra para el 0-2 y el equipo profundizó por completo su bajón anímico y futbolístico.

Los tantos en el amanecer de cada tiempo fueron claves y determinantes para explicar el resultado. Y desde ahí Huracán creció en confianza para ganar las segundas pelotas y ocupar muy bien los espacios. Vélez fue todo lo contrario: sin rebeldía ni capacidad ofensiva, acrecentó los problemas en defensa y volvió a caerse ante los golpes del rival. Ya sobre el epílogo, el local amplió el resultado a través de Echeverría.

Dura derrota ante un rival directo por la permancencia. Una más. Como dijo el entrenador luego en conferencia, el equipo no estuvo a la altura de lo que estaba en juego en el partido y pagó carísimo sus errores.

El viernes en Victoria ante Tigre, Vélez tendrá otra "final" por delante, donde deberá sacar a relucir su amor propio para conseguir un triunfo clave de cara a lo que resta del semestre.