Una vez más con incesante lluvia de fondo, El Fortín sacó una final adelante. Con los nervios típicos cuando las cosas no salen, tuvo que llegar un gol de otro partido para cantar victoria. Costó y mucho ante el equipo de peor rendimiento en la temporada. Así todo, con bastante por mejorar, Vélez le regaló un triunfo vital a su gente y eso es lo más importante por estas horas.

Los primeros dos minutos de juego marcaron a la perfección la intensidad con la que se desenvolvió el partido: a los 30 segundos Santiago Castro vio la tarjeta amarilla por una fuerte infracción y de inmediato, cayó en el área por un forcejeo con Joaquín Pombo que toda la cancha reclamó penal. El partido se picó de arranque y Vélez salió a jugarlo como debía.

Rápidamente llegó el 1-0. Pelota al fondo de Tomás Guidara para que Francisco Pizzini se largue a correr por banda derecha, el atacante sacó un centro perfecto sobre la línea de fondo y Toto Castro se elevó en las alturas para ganarle el duelo a Cristian Chimino y cabecear al gol.

Durante la primera media hora, El Fortín desplejó lo mejor del primer tiempo, porque Santiago volvió a tener dos chances claras. Primero a través de un disparo desde la puerta del área chica que remató por encima del horizontal, y luego con otro cabezazo que se fue apenas alto. También por la misma vía Valentín Gómez casi grita el segundo, pero Alejandro Medina despejó el balón al córner. Vélez era más que Arsenal y así se fue al descanso.

La segunda mitad, al igual que la semana pasada en La Plata, amaneció complicada, porque al minuto de juego la visita logró el empate: desborde y centro atrás de Juan Bautista Cejas, para la aparición goleadora y sin marca de Lucas Brochero. Si "algo bueno" pudo rescatarse del gol de Arsenal, es que llegó temprano y quedaba todo un tiempo para dar vuelta la historía. Costó y mucho, la angustia se hizo presente, sin embargo terminó sucediendo.

Los dirigidos por Sebastián Méndez cayeron nuevamente en la imprecisión y en la falta de ideas. Recién a partir del ingreso de Gianluca Prestianni a los 22´, el equipo logró soltarse para empezar a inclinar la cancha. Tuvo el gol Castro nuevamente de cabeza, y una vez más Medina le ahogó el grito. Los minutos pasaban y si bien iba para adelante, no encontraba la forma de quebrar el bloque defensivo rival que cada vez se paraba más atrás.

Hasta que un bomba cayó en Liniers y nada volvió a ser como antes. A los 31´, desde afuera del área, Juan Ignacio Méndez se llenó el empeine derecho de pura potencia tras recibir de Claudio Aquino y sacó un misil teledirigido al ángulo superior derecho. Un verdadero GOLAZO para que retumbe su estallido desde los cuatro costados del Amalfitani.

Con el hincha bramando bajo la lluvia, Vélez se terminó defendiendo con la pelota lejos de su arco y encumbró una victoria muy importante para subir en la Tabla anual. 

Ojalá resulte ser el puntapié inicial y definitivo en pos de seguir creciendo y, por lo pronto, ir a Parque de los Patricios este sábado con la firme ilusión de volver al triunfo fuera de casa.