En unas fechas signadas por la emoción y la tristeza por la pérdida de Diego Armando Maradona, el show continuó y se disputó la fecha por la Copa que hoy lleva el nombre del Genio del Fútbol Mundial.

El destino quiso que el calendario caiga con la visita de Gimnasia y Esgrima La Plata al Estadio José Amalfitani. El Lobo que hasta un suspiro nomás, era el equipo de Diego.

La previa con el corazón en la mano, el llanto pronunciado y las ganas de aferrarse a la figura del astro que hoy brilla desde lo alto, presentaron un encuentro que sin ningún tipo de dudas se vería afectado por una emotividad lógica.

Yendo a lo estrictamente futbolístico, Vélez venía de una semana dulce. Encaminando sus chances en la Zona 6 tras derrotar como visita a Huracán y de dar el primer paso fuerte en los octavos de la Sudamericana ganando en casa ante el Cali. Pero sin dudas, el brote de COVID comenzó a coartar las posibilidades de un plantel que se ve debilitado por las bajas. Sin Alex Domínguez, Agustín Bouzat, Luca Orellano y Pablo Galdames; más Lucas Hoyos aislado por prevención.

Así Mauricio Pellegrino tuvo que plantear nuevamente la rotación y darle rodaje con estreno incluido a Matías Borgogno en el arco; como también más minutos a Marcos Enrique (se fue lesionado) que venía de debutar en la semana por Copa. También devolvió a Jhonathan Ramis al once inicial luego de un tiempo prolongado.

En frente, Gimnasa que hace unas horas despedía en Casa Rosada a su entrenador, con la renuncia lógica de Sebastián Méndez, cuerpo técnico nuevo y la duda de cómo iba a reponerse desde lo anímico ante tanto revés.

Fue un juego donde Vélez intentó desde el primer minuto hacerse cargo del gasto de las acciones. Intentó generar peligro al arco que defendía Jorge Broun, pero también evidenció desacoples defensivos.

Tuvo una muy clara en los pies de Ramis. Tras un rebote, el delantero charrúa impactó su remate en el palo, en la situación más clara del local en la primera parte. El Lobo apretó saliendo de contra, con buenas transiciones de Paradella o de Matías García.

El gol del triunfo llegó a los 21 minutos. Maximiliano Coronel se elevó bien en el área y conectó un fuerte cabezazo que volvió estéril la volada del debutante Borgogno. Gimnasia se ponía arriba en el marcador y desde su propio campo iba a comenzar a manejar las acciones de un Vélez con pocas ideas.

Pellegrino movió el banco rápido en el segundo tiempo. Arrancó con dos variantes y ya a los 27 de esa etapa, había consumado las cinco variantes permitidas. Ingresaron Ortega, Janson, Almada, Mancuello y Lucero.

Los cambios le dieron frescura y empuje para ir en busca de la igualdad; sin embargo, costó encontrar claridad para llegar a conectar la puntada final. Una buena pelota de Janson a Ricky Álvarez, que el volante tardó en acomodar y facilitó la reacción de Melluso. Una salvada en la línea de Ayala y un par de intentos más de un equipo que buscaba más con desesperación que con claridad.

La visita pudo ampliar, pero se encontró con dos buenas tapadas de Borgogno. Así los comandados por Mariano Messera aguantaron con uñas y dientes un triunfo vital para mantenerse con chances en la Zona 6.

Vélez perdió su invicto y suma bajas pensando en el encuentro del martes por Sudamericana. Un momento para volver por el camino creciente que supo andar antes de esta fecha particularmente especial.