Una vez más, la suerte de Vélez en el máximo certamen continental volvió a echarse por tierra. Racing lo superó de acuerdo a justicia y en el partido de vuelta de los cuartos de final quedó en claro. Poco juego, escasos disparos al arco rival, hicieron imposible el objetivo del Fortín de conseguir con un gol al menos la posibilidad de aspirar a los penales.
Los dirigidos por Gustavo Costas salieron decididos a capitalizar la ventaja conseguida hace una semana en Liniers. Maniataron a Vélez, lo asfixiaron con presión alta y no le dejaron lugar cuando la pelota pasó la zona media. Y si el equipo se mantuvo en partido durante la primera etapa, fue porque Tomás Marchiori tapó tres pelotas claves en tan solo un minuto y en otros intentos, Racing pagó caro su impericia frente al arco.
Había que salir a buscar la victoria de otra forma en el complemento y con los ingresos de Manuel Lanzini y Tobías Andrada, el Fortín supo hacerse de la pelota. En la oportunidad más clara, corría el minuto 16 del complemento cuando un fuerte remate de Imanol Machuca parecía vencer la resistencia de Facundo Cambeses, pero el arquero se recuperó y atrapó la pelota antes que cruce completa la línea de gol.
El conjunto local seguía avisando de cerca, esta vez con un cabezazo de Santiago Sosa que se estrelló en el travesaño. Varias chances fue coleccionando la Academia que finalmente llegó al gol en el minuto 34 a través de un centro atrás de Gabriel Rojas que Solari empujó abajo del arco.
Con el 1-0 se terminó la ilusión de un Vélez que nunca supo cómo poner a Racing de rodillas. Y eso despierta impotencia, bronca, una vez más. Porque a 31 años de la obtención de la Copa Libertadores, cada vez que el máximo certamen continental nos resulta esquivo, un puñal se clava en nuestro pecho. Y habrá que saber convivir con ese pesar hasta intentar una y otra vez volver a reinar en América. Otra no queda.
Que esa bronca imperante sea el motor que le permita a Vélez buscar revancha en la única competencia que le queda en el semestre, que es el Torneo Clausura. Allí, el equipo marcha segundo en zona y el lunes recibirá a Atlético Tucumán, siendo un momento ideal para retomar confianza e ir en busca de la victoria. Pensando en positivo, pensando en ganar porque caerse es parte del juego, pero levantarse cuanto antes es una obligación en un Campeón del Mundo.