Vélez pasó a Octavos de Final de la Libertadores y esa es la mejor noticia de la noche. El Fortín rubricó su boleto a la próxima instancia de la máxima competencia continental en una noche redonda, a pura fiesta, dentro y fuera de la cancha.

Finalmente y después de varias jornadas de sufrimiento y angustia, el equipo de Julio Vaccari cerró su participación en la Fase de Grupo de la copa con buen fútbol, pero también con despliegue y eficacia. La gente acompañó al equipo en gran número y se llevó una sólida actuación, un triunfo holgado y la felicidad de haber alcanzado el objetivo tan deseado.

Una vez más la actuación destacada y determinante de Lucas Janson -autor de dos goles clave- fue la llave que abrió el encuentro. En un comienzo, la evidente supremacía local no pudo romper con facilidad la resistencia pincha, pese a las innumerables ventajas que entregó el conjunto de Zielinski cada vez que le tocó defenderse.

Pero antes de los goles, Lucas Hoyos tuvo una tapada a quemarropa inolvidable, que le impidió a Lattanzio abrir el marcador en el amanecer el encuentro. Después de esas insinuaciones, fue todo de Vélez, que trabajó mucho para llevarse el triunfo, porque fue más que una desdibujada versión de su rival y porque plasmó en el resultado el trabajo y la diferencia exhibida durante los 90 minutos.

El tanto que abrió la noche nació en una maravilla de Maxi Perrone, con una asistencia "tres dedos" que dejó a Janson cara a cara ante el arquero. El goleador definió bajó y explotó el Amalfitani. Gol, festejo y tranquilidad en Liniers. Los de Vaccari encontraron la diferencia mínima que le permitió empezar a soñar con la clasificación.

Sobre el final de la etapa, una resolución similar de Janson, tras un largo pelotazo de Hoyos y otro error en el fondo platense, le permitió al de Olavarría, estirar la ventaja y poner un resultado que trajo alivio para ir al entretiempo, sabiendo que desde Montevideo, Nacional hacía lo suyo para sacar de carrera a Bragantino.

El complemento tuvo un sólo protagonista desde el comienzo, porque fue Vélez que salió decidio a buscar más goles y con el correr de los minutos vio como su trabajo de presión, buena circulación y voracidad ofensiva, desgastó a Estudiantes hasta someterlo a una mínima expresión futbolística.

La supremacía del Fortín recién se pudo capitalizar en el marcador a los 28 minutos, cuando Lucas Pratto se fabricó una jugada personal contra la izquierda, llegó al fondo y cuando todos esperaban el centro, le pegó seco al arco, con poco ángulo, y dejó sin chances al arquero pincha. El tanto del Oso puso a resguardo la victoria y comenzó a desatar el fetejo de todo el estadio.

Llegaron los cambios y se produjo un hecho histórico, porque a los 77 minutos, Gianluca Prestianni (16 años, 3 meses y 22 días) ingresó por Joel Soñora y se convirtió en el futbolista más joven en debutar en la Primera de Vélez. La Pulga tuvo minutos para lucirse en un partido liquidado y hasta se animó a probar al Pourtau desde afuera del área.

De ahí en más, sólo quedó tiempo para alguna situación mal resuelta por el ataque fortinero y para el cuarto tanto, el del cierre de la función, que llegó por una pelota robada en la mitad de la cancha por Abiel Osorio -recién ingresado- que corrió en soledad contra el arquero y definió bajo para poner la chapa final al partido y a la muy buena presentación del equipo, y para quedarse con el merecido pase a la próxima instancia de la Copa.

Ganó Vélez y se metió entre los mejores de la competencia, después de atravesar momentos difíciles y situaciones límites, que lo pusieron al borde del fracaso futbolístico. El éxito llegó por el trabajo, la actitud y los pasajes de buen fútbol de un equipo que respondió cuando tuvo que hacerlo y consiguió el objetivo con el que soñaron todos.

Ahora será tiempo de conocer al próximo rival y emprender el difícil camino de ir por el máximo sueño copero. Comienza una nueva etapa y nadie le quita al hincha, la ilusión de hacerlo posible nuevamente. !Vamos Vélez todavía!