Hay que victorias que con el tiempo se tornarán inolvidables. No importa si no significan un título o tampoco ante tu clásico rival, pero lo conseguido esta noche por Vélez para eliminar a San Lorenzo de la Copa Argentina 2024 tiene rasgos que perdurarán por mucho tiempo.

Las razones son muchas y entre ellas emerge la "pica" latente que existe entre los dos equipos, como así también vibrar con el público de ambos lados, una circunstancia que desde hace 11 años en el fútbol argentino cuesta vivir. El Fortín se impuso con suma contundencia y sembró en sus hinchas una ilusión que comenzó a encenderse y crece semana a semana.

De entrada impuso su estilo el equipo de Gustavo Quinteros. Presión alta y movilidad por las bandas para generar espacios. Para dos de los tres goleadores de la noche, fue una jornada de debut en la red, dado que Christian Ordoñez abrió el marcador a los 10 minutos a través de un remate de zurda preciso, luego de recibir un pase quirúrgico de Aquino que lo dejó solo frente al arco. 

De principio a fin durante la primera etapa, Vélez fue mucho más y solo pecó de no poder definir antes el partido producto de las chances malogradas. Incluso en una oportunidad inmejorable y luego de una gran jugada colectiva, Thiago Fernández falló el 2-0 adentro del área chica. Esa jugada condicionó al Fortín que entró en una etapa de dudas donde el rival tomó nota y comenzó a despertar. De la prolijidad en el juego y dominio táctico, pasó a verse superado claramente en los primeros 15 minutos del segundo tiempo. Sin demoras, Alexis Cuello marcó el empate transitorio que ecendió las alarmas. Había que despertarse porque podía ser muy tarde.

En medio del desajuste, el encuentro se tornó muy friccionado con buena cantidad de amonestados por lado. San Lorenzo era más y Tomás Marchiori se lució con una atajada espectacular ante Elian Irala. Instantes previos a dicha acción, con los ingresos de García, Pellegrini y Santos, Quinteros produjo un golpe de timón para recuperar protagonismo. El trámite se volvió parejo y muy luchado, permitiendo que el equipo que pensara con claridad podía tener oportunidades de llevarse la victoria. Con el ingreso del debutante Maher Carrizo, el Profesor dejó en claro que Vélez iba por todo.

Con el doble 9 arriba y las bandas aceitadas, Bouzat y Ordoñez (condicionados por respectivas tarjetas amarillas) nunca dejaron de meter en la zona media. Así fue que el Chiqui recuperó la pelota en el círculo central y avanzó a pura enjundia para habilitar a Michael Santos, quien jugó una pared con Romero en medio de los centrales azulgranas: con sutileza, el delantero uruguayo dejó solo a Brian que de primera volvió a poner a Vélez en ventaja. Golazo de goleador.

Los dirigidos por Leandro Romagnolli entraron el descontrol, sin más patrón de juego que jugar largo en busca de la segunda pelota. Solo quedó tiempo para que Pellegrini gire tras recibir un lateral y así perfilarse con cabeza levantada en pos de darle la oportunidad a Maher Carrizo de anotar su primer gol en la máxima categoría. Soñada presentación del delantero de 18 años nacido en La Banda, Santiago del Estero, que el año pasado también tuvo su estreno en Reserva con grito incluido.

La fiesta en las tribunas tuvo un solo dueño y fue el que terminó festejando el triunfo. En sintonía con sus jugadores, el hincha entendió lo que estaba en juego, por eso disfrutó tanto los condimentos de una noche inolvidable, esas que quedan en la memoria y alimentan el deseo de seguir creciendo, tanto en la Liga como en la Copa Argentina.

El semestre empezó de la mejor manera, Fortín. ¡A seguir así!