Asunción, Paraguay; Miércoles 23 de Abril de 2014.(Prensa Vélez Sarsfield - Estadio Defensores del Chaco).
Le duele la hora. El tiempo. Cuando el encuentro comienza a transitar sus últimas horas, el tiempo se cuenta en un reloj de arena de granos gigantes. Porque a Vélez, los encuentros se le van de las manos justamente cuando la historia parece sentenciada. No puede bajarle la persiana al juego, por eso gana o pierde. No puede empatar. Y así, duele, una y otra vez.
Porque el gol casi sobre la hora de Julián Benítez que hizo estéril el esfuerzo de Sosa, casi la saca en la línea, cuando el arquero fue figura absoluta de un Vélez que lo necesitó en gran parte para sostener el cero en el arco propio tan vulnerado ultimamente; cayó como un pisotón en el preciso momento que el equipo comenzaba a levantar la cabeza luego de la seguidilla de derrotas en el torneo local.
Porque si bien, Nacional contó con las mejores chances (Sosa tapó tres claras); Vélez también tuvo las suyas y hacía tiempo que no estaba tan cómodo en el encuentro como en el Defensores del Chaco. Hasta en cuanto a juego, tuvo el mismo intento que ante Paranaense en Curitiba, con la (gran) diferencia que allí marcó los goles que aquí perdonó. Porque Vélez terminó perdiendo ante un equipo batallador pero que mostró cierta inocencia para disputar el balón que no supo capitalizar el equipo del Turu Flores.
Un Vélez que intentó cambiar en juego. Lo explicó en la previa el entrenador, dejando todo el encuentro sentado a su lado sorpresivamente a Mauro Zárate, que seguramente con el resultado puesto encenderá todas las suspicacias, generará todas las dudas e intrigas acerca de la decisión por más que luego el Turu confirmó que el delantero estará en el Amalfitani. Un juego que encontró el toque de jugar con el talento de Canteros y la frescura de Correa, sumada a la entrega de Pratto. Un juego que mejoró considerablemente teniendo como referencia los últimos encuentros.
Da bronca porque una vez más se escapa un punto que tal vez podía ser de partida para la remontada. En una Copa para un Vélez que no le sobra nada, pero que fecha a fecha, partido a partido se fue levantando como candidato, porque su nombre y su permanencia en la lucha año tras año lo demandan. Porque ahora, se ata a una actuación en el Amalfitani donde deberá enfrentar a Nacional y a la impaciencia que reinará en el ambiente que con el correr de los minutos se transformará si el marcador no se mueve en murmullos.
Esta historia demanda un golpe de timón para el momento que castiga. El tiempo duele y cada vez queda menos. Son 90 minutos a todo o nada. Es la hora de ser de una vez por todas lo que sueña ser. Es la hora de ganar, Vélez.
Carlos Martino
@martineta16